Entre los meses de enero y julio de este año, se han registrado en Cataluña nada menos que 146 incidentes contra integrantes del colectivo LGTBI. La denuncia la formuló hace escasas semanas el Observatori contra l’Homofòbia, que ha ido alertando en los últimos años sobre cómo estas agresiones se iban incrementando progresivamente en la comunidad ante la pasividad de las administraciones. Lo mismo ha sucedido a nivel nacional. Y la gravedad de las agresiones registradas en toda España en los últimos meses, con varios asesinatos incluidos, ha llevado al Gobierno central a alertar de la existencia de bandas organizadas que salen a las calles con la única intención de agredir a homosexuales, lesbianas y transexuales.
Cataluña no escapa de esta situación. Así lo ha confirmado este miércoles el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, en una entrevista en RAC1 en la que ha afirmado que existen grupos de personas que quedan únicamente para «salir de cacería» contra el colectivo LGTBI. «No son tramas organizadas», ha dicho Elena, «sí que nos constan grupos de personas que se reúnen y salen de caza. Nos tendrán enfrente porque es algo especialmente grave«.
Barcelona ciudad, territorio comanche
La ciudad de Barcelona es el entorno en el que más incidentes se han registrado entre enero y julio. Nada menos que 62. En las mismas fechas de 2020, el número de agresiones denunciadas ante el Observatori había sido de 34. En toda Cataluña, las víctimas han sido fundamentalmente homosexuales (55,3%), seguidos de lesbianas (41%) y transexuales (16,4%). En cuanto al tipo de agresión sufrida por estos ciudadanos, predominan los ataques verbales (32,2%), aunque también se han producido delitos de odio contra el colectivo (21,9%) y agresiones físicas (17,1%). Por ámbitos, es la vía pública (37%) el lugar preferido por los homofóbicos para atacar a las personas del colectivo LGTBI. Le siguen las redes sociales (13,7%), a vivienda (13%) y el transporte público (6,8%).
El presidente de la asociación ACATHI, Rodrigo Araneda, afirma convencido que «la violencia contra el colectivo LGTBI nunca ha desaparecido». «Está siempre presente», lamenta. Y añade que se ha incrementado debido a la irrupción en los últimos años de un «discurso de odio al que se ha dado visibilidad desde los medios de comunicación», en referencia a la extrema derecha.
Existen herramientas pero no se utilizan
Araneda explica que la Administración tiene «desde hace tiempo» herramientas para hacer frente a esta situación y pone como ejemplo la Ley contra la LGTBIfobia, aprobada en 2016 o la legislación contra los llamados «delitos de odio«. «La Administración no puede no reaccionar», subraya el presidente de ACATHI, «ahora mismo le corresponde actuar para acabar con esta situación».
Desde esta asociación, que atiende al colectivo LGTBI migrante en Barcelona, se considera que, si algo ha cambiado en los últimos años, ha sido la pérdida de miedo por parte de las víctimas a la hora de denunciar y pedir ayuda. «Antes no era así», relata Araneda, «ahora las víctimas buscan que se persigan los delitos porque saben que hay herramientas para ello. Antes había poca respuesta por parte de la Administración y mucha vergüenza por parte de las víctimas».
Nada que ver con 2013, cuando muchos homosexuales fueron víctimas en Cataluña de la banda Pilla Pilla, cuyo líder fue condenado a cinco años y medio de prisión en 2019 por estos hechos. «Se citaban con homosexuales con la excusa de ligar», recuerda Araneda, «y, cuando se encontraban, era cuando les atacaban». Las víctimas «lo vivían con vergüenza».
Cambio social de fondo
Ante esta nueva y aparente concienciación por parte de la Administración, Araneda no muestra mucha esperanza. Tiene claro que contra la LGTBIfobia hay muchos caminos pero todos pasan, en su opinión, por «un cambio de fondo en la sociedad» que, añade, «se tiene que producir a largo plazo«. Cambio que debe incluir, por ejemplo, la capacidad de intervenir de los ciudadanos ante este tipo de agresiones. Araneda también reivindica una reflexión sobre el discurso de odio en las redes sociales y cuestiona que la LGTBIfobia pueda estar amparada en este entorno por la libertad de expresión. «La discriminación y el delito de odio quedan invisibilizados», lamenta, «porque la gente se pregunta qué conseguirá denunciando».
Araneda, por otro lado, considera negativo indicar al colectivo LGTBI que se proteja frente a posibles ataques. Cree que esta actitud «restringe» los derechos y libertades de estos ciudadanos. «Si rechazamos eso de que a una mujer la han violado por ponerse minifalda», explica, «es porque la sociedad ha entendido que ha de proteger los derechos de las personas en el espacio público. Y esto significa proteger a todos«.
Jóvenes, borrachos y drogados
Desde ACATHI, finalmente, se rechaza la idea de que las agresiones contra los ciudadanos LGTBI estén protagonizadas fundamentalmente por inmigrantes. En este sentido, asegura, al igual que el Observatori contra l’Homofòbia, que la mayor parte de los ataques están protagonizados por «autóctonos«, jóvenes en su gran mayoría. Un diagnóstico que también ha realizado este miércoles en RAC1 el experto en grupos urbanos violentos y delitos de odio, Joan Caballero, quien ha explicado que se trata de «grupúsculos informales» integrados por jóvenes que se conocen a través de las redes sociales y quedan para ir a agredir al colectivo LGTBI: «Se toman unas copas, van pasados de vueltas de alcohol y drogas, buscan un objetivo, lo seleccionan y atacan».
Ante esta situación, el conseller de Interior ha sido contundente. Elena ha asegurado que el colectivo no ha de tener miedo de salir a la calle porque «tendrán de su lado a las fuerzas de seguridad». Y ha recordado que los Mossos cuentan con una unidad especializada en delitos de odio e integrada por 15 agentes.