El pasado 27 de julio, Grupo Luxiona vendió su planta de Canovelles (Barcelona). Una multinacional irlandesa, especializada en la fabricación de plásticos, la compró por 6,35 millones de euros. Un mes después, el 30 de agosto, la dirección comunicaba el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afecta a 35 trabajadores.
“Ambas cosas las hizo a nuestras espaldas, aprovechando que estábamos de vacaciones”, critica Benito Vázquez, secretario del Comité de Empresa y delegado de CCOO en Luxiona. De los 35 empleados afectados, 20 se van a reubicar en las oficinas del Grupo situadas en la calle Tuset (Barcelona). El resto perderán su puesto de trabajo, sin que la empresa ofrezca una alternativa al paro.
Una deslocalización “encubierta”
La empresa aduce causes económicas y productivas para justificar este ERE. Sin embargo, sindicatos y trabajadores no se creen los argumentos de la dirección. “En realidad, la venta responde a una decisión estratégica del Grupo Luxiona. Nos han dejado claro que no apuestan por la planta de Canovelles», añade Vázquez.
La empresa aduce causes económicas y productivas para justificar este ERE. Sin embargo, sindicatos y trabajadores creen que la venta responde a una decisión estratégica de deslocalización para ahorrar costes
Desde CCOO de Industria recuerdan que este es el tercer ERE que presenta Sherpa Capital, gestora de fondos de capital privado que adquirió la mayoría de las acciones del Grupo Luxiona hace dos años. Desde entonces, Sherpa Capital ha ido desmantelando el centro de trabajo de Canovelles, deslocalizando la producción a Polonia y a empresas externas de la comarca. Además, han reducido, progresivamente, la facturación de la planta vallesana. «Así les sale más barato. Como el nuevo almacén logístico que han planificado en Terrassa. No deja de ser una deslocalización planificada y minuciosa desde el año 2019”, añade Vázquez.
De hecho, a principios de noviembre del año 2019, Grupo Luxiona anunciaba un ERE con el que pretendían despedir a más de la mitad de la plantilla de Canovelles: 52 empleados.
Mientras dure el periodo de negociación del ERE, solo cabe consensuar las condiciones más ventajosas para los 15 trabajadores que se quedarán sin empleo. «Han vendido el centro de trabajo, así que no nos queda otra alternativa. Pedimos que nos reubiquen en las oficinas de la calle Tuset, que propongan prejubilaciones o reconozcan la improcedencia del despido«, reivindican.