Como era de esperar, la entrevista de Gabriel Rufián a la youtuber y actriz Esty Quesada en su programa La Fábrica han generado una enorme polémica. ¿El Motivo? Que Quesada afirmaba en aquella conversación que lo que «había que hacer» con Vox era «matar», sin que en ningún momento Rufián —portavoz de ERC en el Congreso de los diputados— le afeara el exabrupto. Por lo demás, la entrevistada también sentenciaba en el programa que el exterrorista y líder de Bildu Arnaldo Otegui era «el mejor hombre del mundo».
Ahora, tras la polvareda ocasionada, el político nacionalista se ha desmarcado de las palabras de la youtuber, conocida por el apodo Soy una pringada. En una entrevista en La Sexta, Rufián señaló ayer que «no comparte» y «condena» las palabras de Quesada: «No hay ninguna idea que merezca ser llevaba a cabo mediante la violencia. Siempre condenará la violencia». En cualquier caso, dejó claro que él solo «hace entrevistas», limitándose a ser el «espejo del personaje». Pese a ello, afirmó sentirse sorprendido de que haya quien le haya acusado de «incitar al odio» y defienda la libertad de expresión pero se sorprenda «cuando la ejerce de manera tan brutal alguien como Esty Quesada».
Reproches constitucionalistas
Entre las críticas vertidas a las declaraciones Quesada —y a la actitud impasible del republicano— se cuentan por ejemplo la de la analista política Andrea Mármol, que, en su cuenta de Twitter, señaló: «Tenemos la obligación cívica y moral de registrar para la posteridad la aparente impunidad con la que se dice esto. Aquí llaman a «matar» a personas de Vox y luego pasan a otra cosa, ante un diputado nacional, ojo. Es el principio de algo tan peligroso».