Los secretarios generales de ERC, Oriol Junqueras y Marta Rovira, han dejado claro este domingo que durante la actual legislatura ni se celebrará un referéndum por la independencia ni se declarará la utópica república catalana. Lo han hecho en un artículo firmado por ambos y publicado en medios como El Punt Avui. Un texto en el que dejan claro que por parte de ERC no habrá ningún movimiento hasta que se produzcan «resoluciones judiciales europeas» como, por ejemplo, alguna sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y para que eso suceda pasarán años.
En su artículo, titulado La finestra d’oportunitat, Junqueras y Rovira dicen tener «esperanza» en «un reto mayúsculo» como la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, que se reunirá después del 11-S. Pero también en otras apuestas como la gestión de la salida de la crisis provocada por el COVID-19 ahora que hay un republicano, Pere Aragonés, al frente del Govern o «la internacionalización del caso catalán».
Los líderes de ERC, conocedores del rechazo que la mesa de negociación genera en sus aliados separatistas, intentan mostrar esta herramienta como la única posible para alcanzar sus objetivos. «Cada vez que el Consejo de Europa, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se dirigen a nosotros», aseguran, «nos hacen saber de forma clara que la voluntad de negociar y dialogar tiene que ser nuestra bandera«.
Un instrumento, no una excusa
Junqueras y Rovira consideran que la mesa de negociación con el Estado es «un instrumento imprescindible» y no una excusa. Una afirmación con la que intentan aplacar el rechazo de Junts y Guanyem-CUP a la mesa. «Sabemos que, sin reconocimiento internacional, que podamos gestionar», añaden, «por lo tanto, nos toca a nosotros ser los campeones de la negociación«.
Aprovechan la ocasión, eso sí, para lamentar que aún haya políticos «en el exilio», como es el caso de la propia Rovira y subrayan que seguirán reclamando la amnistía para todos los procesados y condenados en causas vinculadas al separatismo. Hacen especial hincapié en las cuantiosas fianzas que han tenido que depositar ante el Tribunal de Cuentas políticos como Junqueras y aseguran que «ninguna democracia del mundo debería permitirse el lujo de represaliar a las hijas y a los hijos de la disidencia política«.