La jornada de convivencia convocada por Pere Aragonès en el Centre de Cultura i Natura Casa Trona de la Vall d’en Bas (Garrotxa) no ha tardado en dar resultados. Anteayer, el presidente de la Generalitat se desmarcó de sus socios de Junts sobre el acuerdo con el Gobierno central para ampliar el Aeropuerto del Prat, cuya extensión pone en peligro una zona natural protegida llamada La Ricarda. El giro dado por Aragonès abrió una brecha en el gobierno catalán, pues mientras Esquerra se sentía incómoda con el impacto medioambiental del proyecto, Junts avalaba seguir adelante con el proyecto pactado con el Ejecutivo, cuya inversión asciende a 1.700 millones de euros.
Ahora, tal y como anunció ayer la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, el Ejecutivo catalán ha adoptado una «posición conjunta» y ha situado como «línea roja» la protección del espacio natural de la laguna de la Ricarda. «La ampliación debe hacerse en los términos y condiciones que se pacten en el plan director. Y no se avalará ninguna propuesta que destroce la laguna de la Ricarda», advirtió Jaca, que insistió en que se trataba de un «mensaje compartido, claro e inequívoco».
Autodeterminación y amnistía
Por otra parte, las convivencias también han servido para impulsar el acuerdo nacional por la autodeterminación y la amnistía. Pilotada por el exlíder de la CUP, David Fernàndez, la plataforma se ha marcado como objetivo definir un «espacio de entendimiento y energía para la negociación más difícil que ha afrontado nunca el Govern», en referencia a la mesa de diálogo con el Gobierno central, prevista para dentro de dos semanas. Así, el encuentro en la Vall d’en Bas ha acercado posturas sobre los dos motivos de desencuentro entre ERC y Junts: la ampliación del Prat y la mesa de negociación con Sánchez.