Nada gusta más a un separatista que pensar que el procés tiene trascendencia universal. En ocasiones, los cerebros del movimiento convierten a algunos de sus líderes en una especie de mesías llamado a salvar a los supuestamente reprimidos por la pérfida España. Pero el procés está hoy de capa caída y las bases necesitan mensajes que vuelvan a motivarles. Ya no reaccionan ante los tradicionales «aquest any sí» o «ho tenim a tocar» y es necesario algo que vaya más allá. Sobre todo a las puertas del 11-S que precede a la reunión de la mesa de diálogo con el Estado.
Un buen ejemplo de esto lo ha dado el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que, en un discurso que bien podría calificarse de enajenado, ha asegurado que los separatistas quieren votar para que «este país no se vaya al traste; para que el planeta tierra, la humanidad, no se vayan al traste«. «Queremos salvar a la humanidad«, ha añadido, «porque el planeta se salvará solo».
«Ya lo estamos haciendo»
Cuixart también ha reprochado a «los políticos, el poder judicial, el ejecutivo y el legislativo» que permitan al separatismo manifestarse solo cuando no tiene «posibilidades de éxito». «Es lo que nos dicen a mí y a Jordi Sánchez (antes presidente de la ANC y hoy secretario general de Junts): «‘Claro que podéis protestar pero no podéis conseguir vuestros propósitos’. ¡Hostia! Pues así no me interesa».
Sorprendente ha sido también, finalmente, el momento en el que, echando mano de su controvertido «ho tornarem a fer«, ha asegurado que los separatistas ya están en ello. Una afirmación poco creíble considerando la situación de total división y falta de estrategia común que presenta hoy el separatismo. Pero, como es habitual en los líderes de este movimiento, la realidad no es muy tenida en cuenta y, en palabras de Cuixart, han de salir a protestar para que «los políticos se sientan en la obligación de cumplir con aquello que quiere la mayoría de la sociedad catalana, que es el referéndum». Unas palabras que no se sabe si el presidente de Òmnium ha dirigido al Gobierno central o al Govern catalán.