Como es sabido, oponerse públicamente a la exclusión del castellano como lengua vehicular en la escuela catalana —la llamada inmersión lingüística— es sin duda un tabú en parte de la sociedad. En parte, por que los medios nacionalistas y parte de los de izquierdas insisten en retratar a los que rechazan el actual modelo como un grupo minoritario y radical. Sin embargo, esta imagen no se corresponde en absoluto con la realidad. Y es que, según datos presentes en el estudio Parochial Linguistic Education: Patterns of an Enduring Friction within a Divided Catalonia, llevado a cabo por los académicos Josep Maria Oller, Albert Satorra y Adolf Tobeña, solo un 9% de los catalanes apoya el actual veto al castellano en la enseñanza.
Por el contrario, según la encuesta efectuada por GAD-3 en diciembre de 2020 en la que se basa el estudio, un 64,1% de los encuestados apuesta por un modelo trilingüe en el que castellano, catalán e inglés sean lenguas vehiculares. Seguidamente, encontramos a los que prefieren un sistema bilingüe que contemple los dos idiomas oficiales —castellano y catalán— como lenguas vehiculares, que representan un 21,1% de los encuestados. Finalmente, están los que desean un educación exclusivamente en castellano, que solo constituyen el 5%.
Prueba de español igual para todas las comunidades
Asimismo, la mayoría de los encuestados (51,4%) consideran que debería promoverse una prueba de castellano igual para toda España, lo cual hoy en día no ocurre porque las competencias de Educación y la Selectividad recaen sobre las comunidades autónomas.
En conclusión, «los resultados indican que una parte importante de los ciudadanos catalanes están sometidos a un sistema educativo que no satisface sus preferencias lingüísticas», señalan los autores del estudio, que, a este respecto, recuerdan que los criterios de los castellanohablantes y catalanoparlantes apenas difieren. «Ambos grupos dieron un apoyo considerable y similar a una educación bilingüe (catalán y castellano) o trilingüe (catalán, castellano e inglés), con un equilibrio equitativo entre estas lenguas a lo largo del avance curricular», resumen los investigadores.