82.282 euros llevan ya recaudados las integrantes del sindicato Las Kellys, que representa a las camareras de piso que trabajan en los hoteles de Barcelona. Un dinero con el que tienen previsto poner en marcha en 2022 su propia central de reservas hoteleras, en la que trabajarán con establecimientos que cumplan con los requisitos del Sello de Trabajo Justo y de Calidad, promovido por los ministerios de Turismo y Trabajo y con el que se certificará a los llamados «hoteles justos y socialmente responsables».
La recaudación se lleva a cabo a través de la plataforma www.goteo.org y ahora, según explica una de las integrantes del sindicato, Miriam (pide no ser identificada por su apellido), el objetivo es alcanzar 90.000 euros. Y subiendo porque, añade, «mucha gente quiere colaborar» en esta iniciativa que es la respuesta de Las Kellys barcelonesas a la falta respuesta por parte del Govern a sus reivindicaciones.
«El Govern», asegura Miriam, «no tiene intención de poner en marcha lo del sello de calidad, a pesar de que lo aprobó el Parlament. No tienen interés en desarrollarlo y se escudan en la patronal hotelera y en los sindicatos mayoritarios». Ante esta postura, añade, el sindicato de camareras de piso toma la decisión de abrir su propia central de reservas hoteleras como manera de certificar que los establecimientos que se adhieran cumplen con los requisitos del Sello de Trabajo Justo y de Calidad.
Hoteles responsables
Entre otras condiciones, los hoteles tendrán que demostrar que cumplen con lo estipulado por el convenio colectivo del sector en Cataluña, además de no tener «servicios estructurales» subcontratados. Han de «cumplir las leyes de prevención de riesgos laborales», ofrecer «retribuciones igualitarias» y «empleo estable».
El de Las Kellys es uno de los gremios más afectados por la pandemia de COVID-19. Buena parte de la planta hotelera barcelonesa permanece cerrada o trabajando al mínimo. Esto, según explica la sindicalista, ha provocado que muchas de ellas «hayan tenido que ir a comer a las iglesias«. Su situación laboral antes de la irrupción del virus ya era «poco estable y muy insegura» y la crisis del sector turístico ha empeorado notablemente su situación. De ahí que la esperanza en la central de reservas sea mucha porque, no solo dará trabajo a algunas de ellas, sino que garantizará que la oferta laboral sea adecuada.
Acabar con la explotación y la mano de obra barata
Desconocen aún con qué cantidad de hoteles podrán comenzar a trabajar el año que viene. Sin embargo, planifican a lo grande y su objetivo es expandirse internacionalmente porque, según señala la representante del sindicato, «la precariedad laboral, la subcontratación y la explotación se dan a nivel global». «Queremos», añade, «acabar con la mano de obra barata y con la explotación».
Esta filosofía les ha llevado a rechazar la ayuda desinteresada que les han ofrecido algunos profesionales para poner en marcha el proyecto. «Si queremos un sello de calidad justo», recuerda Miriam, «el que vaya a trabajar en la central tiene que tener el sueldo que le corresponda». De las administraciones, añade, no esperan nada porque, hasta ahora, la respuesta a sus reivindicaciones laborales «ha sido nula»: «Los políticos se dejan comprar por la patronal, tienen atadas las manos. Y las consecuencias las pagan los trabajadores».
Un turismo justo y sostenible
Abiertas a «establecer alianzas con todos aquellos que quieran cambiar el mundo», Las Kellys buscan, sobre todo, cambiar la situación de estas trabajadoras. Las subcontratas, denuncian, «buscan siempre al mismo tipo de mujer para estos puestos»: «Mujeres solas, con cargas familiares y en una situación muy vulnerable. A los empresarios les conviene porque así pueden meter más presión y machacar. Muchas de ellas, por miedo a perder el trabajo o a ser señaladas, no se atreven a denunciar lo que les pasa. No quieren verse envueltas en conflictos y hay que entenderlas». Con cargas de trabajo elevadísimas, que tienen consecuencias para su salud física mental, las kellys quieren reconocimiento de sus derechos laborales pero, a la vez, algo que les permita confiar en lograr estabilidad y seguridad. Y la central de reservas es observada desde el sindicato como un primer paso.
En un mundo en el que parece que existe cada vez más concienciación sobre la sostenibilidad y la justicia, Las Kellys creen que su central de reservas hoteleras puede ser un éxito. Y es que consideran que cada vez hay más gente que «piensa igual» que ellas y que busca en las empresas turísticas «responsabilidad y reconocimiento de derechos». «Nuestros clientes», concluye esperanzada Miriam, «serán personas que creen en el turismo responsable y sostenible. Los ERTE están a punto de acabar y puede que haya hoteles que tengan que cerrar definitivamente. ¿Qué pasará con sus trabajadores? Queremos evitar los despidos masivos. Los hoteles que quieran sobrevivir, tendrán que apostar por la responsabilidad y es con ellos con los que queremos trabajar».