El ex ministro de Asuntos Exteriores y actual alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad, el socialista Josep Borrell, ha lanzado este domingo un claro mensaje a la oposición al Govern de Quim Torra. Una oposición cuyos principales protagonistas son Ciudadanos y su propio partido en Cataluña, el PSC. «La oposición tendría que haber señalado con más contundencia la responsabilidad que tiene la Generalitat en lo que ha ocurrido en las residencias de ancianos», ha dicho en una entrevista con el vicepresidente de SCC, Álex Ramos.
Borrell ha subrayado que la competencia en la gestión de las residencias de ancianos públicas y privadas en Cataluña está en manos de la Generalitat, por lo que ha rechazado las críticas vertidas por los independentistas contra el Gobierno central sobre esta cuestión. Y más teniendo en cuenta el elevado número de víctimas mortales que ha producido la pandemia del COVID-19 en estos servicios. «Las residencias son su competencia«, ha abundado, «y no parece que su gestión haya sido un ejemplo de eficacia«.
El discurso de los nacionalpopulismos
El responsable europeo de Exteriores también se ha referido a las declaraciones vertidas por diferentes líderes independentistas asegurando que, en una Cataluña independiente, se hubiera gestionado mejor la crisis e, incluso, se hubieran producido menos fallecimientos. En este sentido, Borrell ha recordado que se trata del «discurso de los nacionalpopulismos«. «Es un discurso que utilizan para todo», ha explicado y ha añadido irónicamente: «Todas aquellas competencias que están transferidas, las gestionan maravillosamente bien. ¿Ha visto alguna vez alguna crítica a la gestión de la Generalitat en los medios oficiales de la Generalitat?».
Borrell también ha advertido de que no se puede utilizar a las víctimas del COVID-19 en discursos cargados de «retórica y dialéctica». «Cuando hablamos de muertos«, ha dicho, «hay que tener cierta precaución moral porque no estamos hablando de trenes que llegan a la hora». Para el ex ministro, no es aceptable que los independentistas estén lanzando el mensaje de que la no separación de España «provoca muertes en Cataluña». «Dicen que la no independencia se salda en muertos en Cataluña y hay que tener mucho cuidado con esta dialéctica».
Unidad nacional ante un enemigo común
El ex ministro ha defendido, por otro lado, la labor del Gobierno de Pedro Sánchez en la gestión de la pandemia del coronavirus. Ha lamentado que no se haya aprovechado la oportunidad para «reforzar la unidad nacional» ante «un enemigo común que no conoce ideologías ni fronteras». «Hubiera sido una gran ocasión para demostrar la unión de todas las fuerzas políticas y de todas las administraciones y, visto desde Bruselas, no ha sido el caso», ha insistido.
Sin embargo, también ha admitido se han cometido errores, tanto en España como en el resto de países y que, ante estos, se deben emitir críticas y correcciones. «Pero esto tendría que haber venido después», ha lamentado. «El sistema político español no ha demostrado una voluntad de cooperación con el Gobierno», algo que, en su opinión, se ha visto agravado por descentralización de las competencias y, sobre todo, de representantes públicos que no han aceptado de buen grado que haya sido el Ejecutivo central el responsable de la coordinación un momento tan grave.
Borrell también ha alertado de los efectos económicos que tendrá la pandemia. Aunque, en este sentido, ha preferido centrarse más en cómo se puede ver afectada España por la evolución de la crisis en zonas como América Latina o África. «Si entran en recesión, como parece que va a ser, nos afectará también a nosotros», ha explicado, «porque habrá que ayudarles».
El responsable de Exteriores de la UE, finalmente, se ha referido a la polaridad entre EEUU y China. Y ha señalado que Europa tendrá que velar por sus intereses. Borrell ha reconocido que los europeos comparten más valores, sobre todo democráticos, con los EEUU pero, paralelamente, se encuentran la cuestión económica y la lucha contra el cambio climático. Y es en estos puntos donde la UE tiene la vista puesta en China puesto que esta relación supone negocios diarios de más de 1.000 millones de euros y está beneficiando especialmente a países como Alemania.