El separatismo más radical y violento intenta calentar motores ante una Diada y un 1-O que se prevén menos concurridos que nunca. El desánimo es la tónica en las filas independentistas desde antes de la pandemia. La última movilización pacífica con éxito fue la convocada por la ANC y Òmnium, con el beneplácito del Govern de Quim Torra, para protestar por la sentencia del 1-O, en octubre de 2019. En los mismos días, el independentismo violento convirtió Barcelona en una ciudad en llamas de la mano de la organización Tsunami Democràtic. Resultaba difícil desligar a unos de los otros. Después de aquello, todas las convocatorias han ido decayendo. La pandemia del COVID-19, por un lado, y la falta de resultados, por otro, han sido los principales argumentos para justificar la pérdida de las calles.
Ahora, vuelven a ser la ANC y Òmnium, junto a la Associació de Municipis per la Independència (AMI), los responsables de organizar actos que permitan a los separatistas recuperar aquello de «els carrers serán sempre nostres«. Y, una vez más y paralelamente, organizaciones radicales y violentas dan a conocer sus propias convocatorias para los mismos días.
Con las urnas a cuestas
El separatismo más oficial, por llamarlo de alguna manera, celebrará manifestaciones tanto el 11 de septiembre como los días 1, 2 y 3 de octubre. Entre ambas fechas debe tener lugar la primera reunión de la mesa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat. De ahí que sea fácil concluir que, tanto una convocatoria como la otra, tengan la intención de forzar al presidente Pere Aragonés a cambiar su estrategia de negociación y mostrar más contundencia a la hora de exigir la independencia. Así, al menos, se desprende del manifiesto que la ANC ha publicado en su web y para el que pide firmas y adhesiones.
Estas movilizaciones tendrán el aire de performance habitual. El escenario para la Diada será Barcelona, donde se celebrará una manifestación, si el COVID-19 lo permite, que recorrerá los puntos calientes del 1-O de hace cuatro años. Más esperpéntico es el programa organizado para conmemorar el cuarto aniversario del 1-O. Las urnas del referéndum ilegal serán las protagonistas del acto que se celebrará en la Cataluña Norte en esa fecha. Las mismas urnas viajarán un día más tarde, encabezando una marcha de coches, hasta Figueres para recordar cómo el separatismo logró burlar la vigilancia del Estado en 2017. Y, por si no fuera suficiente, tendrán un papel estelar en un concierto y en una cena.
La ‘deep Catalonia’
Los separatistas de la Cataluña interior tendrán especial protagonismo esos tres días de octubre. Sobre todo los de las llamadas Terres del Ebre, que volverán a participar de forma organizada en un evento de la ANC, cosa que no hacían desde 2016. La conocida como Cataluña profunda será el escenario de tres marchas que, al mismo tiempo, recorrerán el territorio recordando lo sucedido hace cuatro años y reivindicando, entre otras cuestiones, la condena de los responsables de lo que consideran «la represión violenta» del referéndum ilegal.
El independentismo más ultra, por su parte, también se está organizando para lo que califican de un «otoño caliente«. Sus últimas convocatorias estuvieron motivadas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hásel. Ahora, vuelven a prepararse, dicen, para salir a las calles catalanas con la excusa de la ruptura con España. Organizaciones como Tornem als Carrers esperan que «las movilizaciones vayan en aumento y que este otoño sea un otoño de lucha» en el que salir a las calles «con objetivos claros«.
Otros como Black Bloc, antes llamados Blanc Bloc, apuestan por impartir formación en desobediencia civil para, también en otoño y organizados, «destruir al enemigo«. «Tenemos», aseguran en uno de sus canales, «muchas cosas preparadas para poder conseguir salir un día a la calle en un solo bloque, el bloque negro, el bloque ganador».