Toni Soler, en el Ara, el domingo 25 —Dejarse aleccionar—, se manifiesta vivamente a favor de la negociación: «Valoro que el gobierno catalán no se deje distraer, que mantenga su agenda negociadora, la reunión de la Bilateral dentro de pocos días, la reunión de la mesa de diálogo en septiembre; y que lo haga sin dejarse alterar por la chulería de los represores de ahí, ni por la falsa épica de los almogávares de aquí, que hace tiempo que saben que no hay que hablar de nada, que no se obtendrá nada, que nos gobiernan unos ilusos y que el pueblo les pasará por encima.»
«Valoro que el gobierno catalán no se deje distraer, que mantenga su agenda negociadora, la reunión de la Bilateral dentro de pocos días, la reunión de la mesa de diálogo en septiembre; y que lo haga sin dejarse alterar por la chulería de los represores de ahí»
Toni Soler
Pero la frase siguiente matiza el optimismo: «Lo más triste es que entre estos falsos profetas hay cargos electos de Junts, que han aprendido el arte de ser gobierno y oposición, ser Giró y Borràs, al mismo tiempo.» Entonces, deducimos, sin demasiada sorpresa, que la agenda negociadora es un asunto más de ERC que de JxCat. Y cabe preguntarse qué se puede negociar con un gobierno tan dividido, que no mantendrá una postura unitaria más allá de un fin de semana y en el cual se ve enseguida que JxC se apuntará todos los éxitos y reprochará a su socio todos los fracasos.
«Lo más triste es que entre estos falsos profetas hay cargos electos de Junts, que han aprendido el arte de ser gobierno y oposición, ser Giró y Borràs, al mismo tiempo»
Toni Soler
Soler está a favor de la negociación porque «la debilidad coyuntural del PSOE da una oportunidad de oro a ERC y a Junts para obtener victorias parciales en ámbitos que ahora mismo son decisivos para el futuro del país: gestión de los fondos europeos, inversiones pendientes, ley de lo audiovisual, traspaso de infraestructuras», a pesar de muchos pesares, como la falta de solidez de cualquier acuerdo, ya que «todo lo que no sea una reforma constitucional es perfectamente reversible», y el sentimiento herido: «El impulso natural (el mío, cuanto menos) sería mandar al gobierno español a la mierda, ni que sea por respeto a los centenares (quizás miles) de personas que han aprendido la lección a golpes de porra o a golpes de sentencia judicial.»
«La debilidad coyuntural del PSOE da una oportunidad de oro a ERC y a Junts para obtener victorias parciales en ámbitos que ahora mismo son decisivos para el futuro del país: gestión de los fondos europeos, inversiones pendientes, ley de lo audiovisual, traspaso de infraestructuras»
3.000 represaliados
La referencia a las víctimas del primero de octubre y a la represión que no cesa se ha convertido en una constante en toda conversación, campaña electoral, discurso parlamentario y también en las mesas de negociación. Precisamente Cristian Segura en el País del lunes desmiente las cifras que manejan los líderes independentistas: La posverdad de amnistiar a 3.000 “represaliados”:
«La referencia a las víctimas del primero de octubre y a la represión que no cesa se ha convertido en una constante en toda conversación, campaña electoral, discurso parlamentario y también en las mesas de negociación»
«El perdón general que reclaman los independentistas es imposible porque —según el recuento que aporta Òmnium— la mayoría serían ciudadanos sobre los que no recae ninguna condena o causa judicial abierta. Entre los 3.300 “represaliados” a amnistiar están incluidos: 1.080 personas que según la Generalitat sufrieron lesiones durante el 1-O por la acción policial (una cifra que está en sí misma en discusión); unos 425 heridos en 2019, también según la Generalitat, por cargas policiales durante las semanas de altercados posteriores a la sentencia del Tribunal Supremo que condenó en octubre de 2019 a los dirigentes del procés; y la entidad suma igualmente a la lista a más de 700 alcaldes denunciados por su colaboración en los preparativos del referéndum ilegal, denuncias que no prosperaron.»
Segura cita a Miguel Capuz, antiguo vicepresidente de la Sección Penal del Colegio de Abogados de Barcelona: «En España contamos con muchísimos derechos, pero si cortas una carretera, si tiras piedras a la policía o impides su acción, no puedes esperar que no tenga consecuencias.» Y al abogado penalista Marc Molins: «El concepto represaliado implica una carga de valor que no comparto. Como represalia se entiende un castigo sin fundamento. Aquí hay procedimientos judiciales con derechos y en el que impera la presunción de inocencia.»
Provocar una crisis de Estado
Otros están en contra de la negociación y casi en contra de todo. Enric Vila, en el Nacional —El molde—, y personalizando el asunto en el presidente de la Generalitat, afirma:
«Aragonès no es una expresión de la sensibilidad millennial, ni es el fruto de ninguna tendencia moderna de nuestro tiempo. Su figura ni siquiera se puede comparar con la de Pablo Casado, que superó unas primarias a sangre y fuego. Si algún problema tiene hoy Catalunya, es que todo lo que sucede es tremendamente atávico y tribal, como nos pasa siempre en los momentos difíciles. Aragonès no es más ridículo, ni más obediente que Jordi Turull o Josep Rull, o que Quim Torra. Sencillamente, es la encarnación perfecta del enano [“Pujol, enano, habla castellano”] que pedían las bases del PP para pactar con el pujolismo.»
«Aragonès no es una expresión de la sensibilidad millennial, ni es el fruto de ninguna tendencia moderna de nuestro tiempo. Su figura ni siquiera se puede comparar con la de Pablo Casado, que superó unas primarias a sangre y fuego»
Enric Vila
En Vilaweb, Joan Ramon Resina —De l’autor de ‘Walden’—, reclama abandonar toda esperanza en la política española y concretamente en los acuerdos que puedan alcanzar PSOE y ERC:
«Esta alianza basada en la entrega absoluta no sólo no tiene ningún recorrido en el ideario independentista, sino que lo vacía de contenido y paraliza su aplicación. A la independencia se suele llegar aprovechando una crisis del estado, o si es necesario provocándola; nunca ayudándole a remontarla y menos aún cooperando a reequilibrar las fuerzas respectivas en detrimento de la propia. Hablo, claro, no de la fuerza bruta sino de la fuerza de legitimación, en la que el estado era deficitario debido a la exhibición de violencia el Primero de Octubre. Una deslegitimación acentuada por la derrota en las urnas de diciembre del mismo año.»
«Esta alianza basada en la entrega absoluta no sólo no tiene ningún recorrido en el ideario independentista, sino que lo vacía de contenido y paraliza su aplicación. A la independencia se suele llegar aprovechando una crisis del estado, o si es necesario provocándola; nunca ayudándole a remontarla»
Ramon Resina
Los independentistas que se vuelven negociadores son culpables no sólo de abandonar el propio proyecto sino de beneficiar a los gobernantes del Estado que les oprime: «Con la ficción de la mesa de diálogo, el escándalo de reprimir las urnas con porras y encarcelar la libertad de expresión ha dado la vuelta. Sánchez se ha podido retratar gratis como un estadista capaz de apaciguar un conflicto que, si agoniza, no es precisamente por la negociación sino por el incremento de la represión.»
El mundo nos mira, dicen. Si el mundo nos mira, ya sabe que no hay 3.000 personas metidas en campos de concentración. Cargar las tintas puede valer en algún momento, pero la exageración sostenida
durante años tiene consecuencias: la primera es la pérdida de credibilidad.