La decadencia de Cataluña producto del ‘procès’ y la de Barcelona agravada por el ‘colauismo’ son dos ideas que gozan de creciente penetración y aceptación en la sociedad catalana en general y la barcelonesa en particular. En el caso de Barcelona, y atendiendo que, en principio, las elecciones municipales van a ser la próxima cita electoral en menos de dos años, ya han empezado los rumores acerca de posibles candidatos que puedan inclinar el gobierno municipal hacia posiciones menos ideológicas, más ‘business friendly‘.
La decadencia de Cataluña producto del ‘procès’ y la de Barcelona agravada por el ‘colauismo’ son dos ideas que gozan de creciente penetración y aceptación en la sociedad catalana en general y la barcelonesa en particular
Por otra parte hay dos elementos que están creando un caldo de cultivo propicio para buscar alternativas que puedan modificar el mapa político actual. El primero la evidencia que la independencia pierde gas y ha dejado de ser, incluso para sus más fervientes seguidores, una cuestión inminente. El segundo, la preocupación de sectores empresariales por la predominancia de las posiciones de izquierda en Cataluña, incluso los posconvergentes de Junts han abandonado sus posicionamientos de centro-derecha tradicionales, tanto por la integración en sus filas de personajes del entorno de Puigdemont de tradición izquierdista, Sánchez y Comín entre otros, como por la alianza con ERC y CUP en el Govern.
La independencia pierde gas y ha dejado de ser, incluso para sus más fervientes seguidores, una cuestión inminente
Todo lo anterior, y de cara a las municipales, las elecciones menos marcadas por la confrontación independentista, han hecho que proliferen por la ciudad conversaciones e iniciativas, todavía incipientes, sobre la conveniencia de una candidatura de centro derecha transversal que centre su programa en la recuperación del dinamismo económico de Barcelona.
No es una tarea fácil, por evidente que resulte su necesidad para los que no se resignan a la decadencia de Barcelona. Y, lógicamente, empiezan a aparecer nombres de posibles candidatos que puedan encabezar una alternativa de estas características.
Dos son los nombres que aparecen reiteradamente. El del exconseller y excalde de Figueras Santi Vilà y el del presidente de la Unió de Federacions Esportivas de Cataluña y de Barcelona Futur, Gerard Esteva.
Empiezan a aparecer nombres de posibles candidatos que puedan encabezar una alternativa de estas características (…) Santi Vilà y Gerard Esteva
Santi Vilà, un político experimentado que viene explicando en los medios y en conferencias su visión de Barcelona puede ser por su trayectoria un punto de unión entre ambos bloques, pero su participación en el ‘procès’ y su desenganche a última hora pueden acabar siendo una losa demasiado pesada para ser levantada, a pesar del indudable atractivo de su perfil personal.
Gerard Esteva, por su parte, goza de buenos padrinos. Independentista declarado tiene la ventaja de no estar quemado por el ‘procès’. Barcelona Futur se define como una asociación en favor de una Barcelona activa, emprendedora , inquieta, dinámica, abierta, creativa , social y orientada a los barceloneses. La composición del Consejo Directivo de la asociación Barcelona Futur es toda una muestra del potencial de sus apoyos, aunque no signifique todos ellos den apoyo a una hipotética candidatura electoral. Gabriel Jené, Anna Boza, Neus Bonet, Aintzane Arbide, Isona Passola, Maria Eugènia Gay, Tomàs Molina, Josep Sánchez Llibre, Josep Mateu, Bonaventura Clotet, Miquel Martí, Javier Pacheco, Mercè Conesa o Sor Lucía Caram son algunos de los distinguidos integrantes.
Veremos como evolucionan los acontecimientos. Ya he dicho que no es nada fácil que acabe fraguando una alternativa de este tipo. El hecho objetivo a su favor es la creciente convicción de muchos barceloneses de la urgente necesidad de acabar con el ‘colauismo y la constatación de que entre los posibles candidatos de los partidos no destaca una figura capaz de revertir la situación. Por último el triunfo apabullante de Ayuso en Madrid parece indicar que los planteamientos de centro-derecha vuelven a tener eco entre los ciudadanos.