La quinta ola de COVID-19 es ya una realidad en Cataluña. A pesar de que más de 50% de la población mayor de 16 años ya ha recibido la pauta completa de las vacunas contra el virus, la velocidad de los contagios es cada vez mayor. El 66,5% de los catalanes tiene ya inoculada una primera dosis. Sin embargo, de poco ha servido la vacuna para frenar los contagios, aunque sí para que estos no sean tan graves. En estos momentos, son los jóvenes los más afectados, con una media de edad de 26 años. Pero el regreso del virus a las residencias de mayores a través de las visitas y de los profesionales que trabajan en ellas ha llevado al departamento de Salud a tomar nuevas medidas para evitar que la enfermedad vuelva a cebarse con los ancianos.
El pánico vuelve a apoderarse de todos en estos momentos. Pero no está muy claro a qué obedece. Los últimos datos proporcionados por la Generalitat no justifican el miedo. El día 6 se contabilizaron 3.921 nuevos contagiados. La cifra puede parecer terrible pero, con respecto al día anterior, supone un descenso del 26,78%. El día 5 de julio se registraron 64 nuevos ingresos hospitalarios. Un día más tarde solo fueron 3. Y, en lo que a defunciones se refiere, tanto el día 5 como el día 6, nadie falleció por COVID-19 en esta comunidad.
Velocidad y rebrotes
Son la velocidad de los contagios y el riesgo de rebrotes los que se presentan ahora como factores a los que temer. El departamento de Salud ha dado marcha atrás en las visitas a la residencias de mayores. A partir de ahora y durante las próximas semanas, solo podrán acceder a estos centros quienes hayan sido vacunados con todas las dosis o presenten un test de antígenos negativo. El presidente Pere Aragonés, además, ha pedido este jueves a los catalanes «responsabilidad» ante el incremento de casos en «personas no vacunadas». También ha anunciado el refuerzo en la detección de la enfermedad y el incremento de puntos móviles de vacunación.
¿Colapso de la Atención Primaria?
La situación en general parece estar desbocada. El ocio nocturno catalán cerrará a partir del viernes durante 15 días porque son los jóvenes los principales afectados y los que están haciendo que las cifras suban como la espuma. No se teme el colapso del sistema hospitalario como ha sucedido en ocasiones anteriores pero sí el de la Atención Primaria, ya muy afectada por la falta de personal, una atención presencial que aún no se ha reimplantado totalmente y la necesidad de que los trabajadores cojan las vacaciones de verano.
Francia y Alemania barren para casa
En plena temporada turística, finalmente, y cuando los empresarios pensaban que al menos podrían salvar julio y agosto, las noticias alarmistas sobre la pandemia en España y en Cataluña han llevado a algunos mercados emisores a recomendar no viajar a este país. Así, el secretario de Estado de Asuntos Europeos galo, Clément Beaune, ha recomendado a sus compatriotas este jueves evitar desplazarse a España y a Portugal en las próximas semanas.
«Esto es un consejo de prudencia, una recomendación», ha dicho en una entrevista en TV recogida por diferentes medios españoles y en la que también ha pedido a los franceses que hagan turismo interior. Beaune ha recordado que muchos galos, sobre todo jóvenes, tienen Cataluña entre sus destinos predilectos por lo que les ha pedido «atención» y «mucha prudencia». Esta recomendación se suma a la formulada días atrás por Alemania, que ha incluido a Cataluña en las llamadas «zonas básicas de riesgo» y que ha pedido a los alemanes que aprovechen las vacaciones para viajar dentro del país.