En septiembre de 2020, la pancatalanista y multisubvencionada Plataforma per la Llengua puso en marcha una recogida de firmas contra la supuesta castellanización de TV3. Lo hizo a través de la web canvia.cat y dos meses después de la que entonces consellera de Cultura, la extremista Mariàngela Vilallonga, criticara la que ella consideraba excesiva presencia del español en la parrilla de la televisión pública autonómica.
Desde la Plataforma per la Llengua, entidad conocida por el espionaje a menores en los patios de los colegios para forzarles a utilizar el catalán, se activó entonces esta recogida de firmas que, a la vista de los resultados 10 meses más tarde, ha tenido poco éxito. En estos momentos, y según figura en canvia.cat, han firmado la propuesta de la entidad un total de 34.602 personas. Ciudadanos, al parecer, «profundamente» preocupados porque TV3 «olvide uno de los principios fundacionales de la cadena», es decir, «difundir y promocionar la lengua catalana».
Expertos en castellano y sin traducción simultánea
En el escrito que acompaña a la petición de firmas, la Plataforma per la Llengua, que también se ha especializado en la persecución de trabajadores que no utilizan el catalán en la atención al público, denuncia la aparición en TV3 de, por ejemplo, «expertos en un tema que hablan en castellano cuando habría la opción de escoger expertos de expresión catalana». Critican también que TV3 evite utilizar en estos casos «sistemas habituales en los medios de comunicación que permitirían el uso normal del catalán». Se refieren a sistemas de traducción simultánea en una comunidad autónoma en la que tanto el español como el catalán son lenguas oficiales.
Consideran desde la Plataforma que cuando en TV3 se produzcan intervenciones en otra lengua que no sea la catalana deberían «al menos, subtitularse«. También creen que TV3 no puede escudarse en su «situación económica» para justificar esta falta de medios y denuncian que la cadena «está dejando al margen al público que no entiende el castellano«, en referencia a los residentes en la llamada «Catalunya Nord», y «a los catalanes que viven en el exterior y que no son competentes» en español. El delirio pancatalanista se dirige también hacia los espectadores más jóvenes, para los que la Plataforma exige a TV3 contenidos exclusivamente en catalán y en los que no haya presencia de otras lenguas.