La presidenta del Parlament, la posconvergente Laura Borràs, ha sido este lunes la anfitriona de los nueve indultados por el Gobierno y antes culpables de la organización del referéndum ilegal de octubre de 2017. Encabezados por el líder de ERC, Oriol Junqueras, y por la expresidenta de la Cámara, Carme Forcadell, los indultados han asistido a un homenaje con el sello de Borràs, es decir, cargado de artificio y cursilería pero, sobre todo, de críticas hacia España.
Forcadell ha sido la encargada de hablar en nombre de los indultados y lo ha hecho con un tono y unas formas que en nada recuerdan a la soberbia presidenta de la Cámara que entre septiembre y octubre de 2017 aplastó a los diputados constitucionalistas sin que le temblara la mano en ningún momento. Este lunes, Forcadell ha demostrado que los años de cárcel han hecho mella en una política que se caracterizó entre 2013 y 2017 por dirigir con mano de hierro al separatismo tanto en las calles como en las instituciones. Ahora pide a la Cámara autonómica poner «la felicidad de los ciudadanos en el centro de la política».
Cierto es que, como era de esperar, ha tenido palabras de recuerdo para los «exiliados» y ha reivindicado la amnistía. También se ha comprometido, aunque con la boca pequeña, a trabajar «para lograr el fin de la represión«, conseguir un referéndum y declarar la república catalana. Sin embargo, en lo que más ha incidido la expresidenta del Parlament ha sido en la necesidad de que la Cámara autonómica, además de ser la «casa» de todos los catalanes, sea un espacio en el que se ejerza la libertad de expresión porque «la palabra tiene que ser libre«.
Indultos «por convicción»
Laura Borràs, por su parte, y con la retórica que la caracteriza, ha subrayado que el Parlament es «la institución que encarna la voluntad soberana de los catalanes». Aparentemente feliz por el indulto de los responsables del 1-O, Borràs ha reclamado una solución política al conflicto creado contra España por los separatistas y ha señalado que «no se puede encarcelar el anhelo de libertad de millones de personas».
La posconvergente, que ha dicho que los indultados han sido perdonados porque los independentistas tienen «razón», ha dejado claro también que, en la negociación que comenzará ahora entre el Gobierno y la Generalitat, los límites los debe poner la democracia y no la Constitución. Ha afirmado que el Ejecutivo de Pedro Sánchez debe demostrar que ha dado luz verde a los indultos «por convicción» y ha asegurado que el problema catalán es ya europeo.