El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha querido hablar directamente de los indultos a los líderes del referéndum ilegal del 1-O durante la clausura de la reunión anual del Cercle d’Economia celebrada este viernes en Barcelona. Este silencio se debe probablemente a que el socialista tiene previsto celebrar un gran acto el próximo lunes en el Liceu de la capital catalana para explicar a fondo la decisión de otorgar esta medida de gracia a los 12 condenados. Sánchez, no obstante, sí ha dejado claro que hay más elementos de unión que de separación entre Cataluña y España y que es necesario «el encuentro y el reencuentro«.
Una postura muy diferente ha mantenido el presidente del Cercle, Javier Faus, quien ya el pasado miércoles mostró el apoyo de la entidad a la concesión de los indultos como forma de resolver el llamado «conflicto catalán». Faus ha insistido este viernes en la necesidad de otorgar esta medida de gracia para solucionar «el problema catalán«. En este sentido, ha subrayado que, en el fondo, el enfrentamiento obedece a «un problema de reparto de cuotas de poder» vinculado a la actual estructura territorial española. Por ello, ha añadido, el Cercle es más partidario de una España «más alemana que francesa» y en la que «todas las regiones puedan desarrollarse».
Reformar el Estatut antes de implantar el federalismo
Faus ha afirmado que el conflicto solo puede ser «afrontado como un problema político» y que el Gobierno ha de tener en cuenta «la dialéctica centro-periferia» no solo en el caso de Cataluña. Los socios del Cercle, ha dicho, son más partidarios en estos momentos de buscar soluciones a través de medidas como «las reformas estatutarias» antes de intentar implantar el federalismo.
«Los indultos», ha subrayado el líder de esta entidad, «contribuyen a la paz social«. Y si bien ha admitido que no solucionarán definitivamente el problema, sí ha dejado claro que serán «un paso». Faus, además, ha apostado claramente por la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat y ha recomendado a Pedro Sánchez que tenga en cuenta que, en una negociación, es necesario saber qué es aquello a lo que uno no está dispuesto a renunciar para, a partir de ahí, centrarse en el espacio en el que sí se pueden hacer cesiones por ambas partes.
Desde el Cercle se considera que «no hay alternativa» a la negociación porque «sin acuerdo» Cataluña sufrirá, entre otras consecuencias, una fractura social difícil de reparar y una situación económica complicada. La entidad, sin embargo, siempre estará «al lado del Gobierno» porque está a favor «de la centralidad, del diálogo y de la concordia».
El separatismo ha perdido el 30% (casi 1 de cada 3) de los votos que obtuvo en 2017: de 2.079.000 a 1.456.000, més de 623.000 catalans han dit adéu al prusés, la secesión ya no les ilusiona, no ven necesario movilizarse.En 2019 hubo cuatro elecciones en Cataluña y , en todas, el separatismo perdió más de 300 mil votos.Por cierto, no había COVID como escusa.