Dicen que de casta le viene al galgo y, en el PP, solo una persona antes de que Isabel Díaz Ayuso fuera conocida, hubiera sido capaz de hablar como lo está haciendo la actual presidenta de Madrid. En una línea que bien hubiera podido firmar Esperanza Aguirre, Ayuso se ha desmarcado del partido para decir claramente lo que muchos piensan pero no se atreven a contar en público sobre los indultos a los líderes del procés: «Lo que está pasando es una absoluta humillación para todos. Una trampa para todas las instituciones, empezando por Su Majestad el Rey».
La presidenta madrileña ha recordado que Felipe VI, que tendrá que firmar los 12 indultos que prevé otorgar el Gobierno en los próximos días, «representa a todos los ciudadanos, a todos los españoles y, muy especialmente, a los catalanes que están hoy desamparados en su tierra».
Ayuso ha insistido en que obligar al monarca a firmar estas medidas de gracia es «una humillación y una vergüenza». Y ha responsabilizado directamente al presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, al que, además, ha acusado de «manosear todas las instituciones para un mismo fin».
«Cosas mucho peores»
La figura del monarca ha sido también hoy empleada como arma arrojadiza por el líder de ERC en el Congreso, el diputado Gabriel Rufián. El republicano ha aprovechado las palabras de Díaz Ayuso para proponer que, si el monarca no quiere firmar los indultos, la solución sería que abdicara. «Si abdica«, ha abundado, «no tiene que firmar nada». Y ha añadido que «sus antecesores han firmado cosas mucho peores«.