El cordón sanitario acordado por los separatistas, los comunes y el PSC contra Vox en el Parlament catalán empieza a tener repercusiones para sus promotores. El partido liderado en Cataluña por Ignacio Garriga ya ha recurrido ante el Tribunal Constitucional haberse quedado sin el senador autonómico que le correspondía por culpa de estos vetos. Este viernes, además, Garriga ha anunciado la posible interposición de una querella por presunta prevaricación contra todos los miembros de la Mesa del Parlament, presidida por la investigada por presunta corrupción, Laura Borràs.
Garriga ha formulado este anuncio tras constatar que, a pesar de contar con 11 diputados y ser el cuarto grupo de la Cámara, Vox no podrá presidir ninguna de las comisiones de trabajo parlamentarias. Algo que el líder de la formación ha definido como «un nuevo acto infame de insulto a más de 200.000 catalanes». Garriga ha añadido que los promotores del cordón sanitario contra su partido han convertido «la casa de todos, el Parlament, en un recinto única y exclusivamente para los que piensan como ellos».
«Se ha acabado el tiempo de paz para los totalitarios»
«No nos importan absolutamente nada los sillones ni las presidencias de las comisiones», ha dejado claro Garriga, «nosotros hemos venido a arremangarnos y a defender al conjunto de los catalanes. Otros están preocupados por repartirse el botín«. Y ha recordado que el objetivo de los 11 diputados de Vox es «dar la batalla frontal al separatismo y a la izquierda». «Son mafiosos totalitarios y contrarios a la ley que llevan décadas instalados en los sillones», ha añadido, «se ha acabado el tiempo de paz para los totalitarios y la impunidad para los malversadores y los golpistas».