La bola sigue creciendo al mismo ritmo que crece el malestar del colectivo de funcionarios de prisiones. Trabajadores expedientados, agresiones en los centros, porcentajes de interinidad inasumibles, falta de prevención sanitaria ante el Covid-19 e indefensión absoluta y continuada por parte de la administración. Se sienten invisibles y ninguneados por un sistema que los necesita. Por eso, hoy se han echado a la calle en Barcelona reclamando la dignificación de su labor y sus derechos como trabajadores de la autoridad.
Trabajadores expedientados, agresiones en los centros, porcentajes de interinidad inasumibles, falta de prevención sanitaria ante el Covid-19 e indefensión absoluta y continuada por parte de la administración.
Unos 300 funcionarios se han manifestado en la Plaza Sant Jaume
Alberto Gómez, responsable de la Central Sindical Independent i de Funcionaris de Presons en Catalunya (CSIF) se siente satisfecho con la movilización de este viernes. «Han asistido unos 250 o 300 funcionarios. Una participación importante, teniendo en cuenta que no han estado presentes todos los sindicatos», cuenta Gómez a El Liberal.
Invisibles
El colectivo se siente invisible. Sin embargo, no tiran la toalla en busca de soluciones. Este diario se hizo eco de su denuncia a la administración por la falta de cuidados y prevención sanitaria a la que estuvieron sometidos desde que se declaró la pandemia. Positivos en las cárceles, presos aislados y tests pcr que no llegaban para los funcionarios que conviven con ellos. Tanto es así, que uno de estos trabajadores decidió atrincherarse en Brians 1 hasta que se le hiciese un pcr que le negaban.
Un nuevo protocolo «inviable»: (Circular 2/2021), la gota que colma el vaso
Una de las ‘etiquetas’ que más pesa al colectivo es la falsa imagen que a menudo se ha dado de ellos en cuanto al trato hacia los reclusos. Conviven con los presos y se exponen a situaciones en los que su integridad física corre peligro. Estos trabajadores denuncian su falta de seguridad mientras, inexplicablemente, la administración los expedienta y señala.
«La circular 2/2021 es la gota que colma el vaso. Nos tratan de torturadores e ignorantes»
Alberto Gómez
Manifestación Plaza Sant Jaume 
En esta línea va el nuevo protocolo firmado por el anterior responsable de la Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima, Armand Calderó. Según el texto, los funcionarios de prisiones deberán reducir a un preso «alterado o agresivo» de forma verbal y, en caso de no funcionar, reducirlos o inmovilizarlos boca arriba.
Los funcionarios de prisiones deberán reducir a un preso «alterado o agresivo» de forma verbal y, en caso de no funcionar, reducirlos o inmovilizarlos boca arriba.
«Se deberán aplicar medidas graduales como el aislamiento provisional que deberán ejecutar si el interno mantiene o incrementa el nivel de alteración, siempre que no haya riesgo físico inminente para el mismo interno u otras personas».
Para el colectivo, una vez más, la administración vive «de espaldas a la realidad». Esta circular, a su entender, ratifica la desconsideración de estos funcionarios que a pesar de convivir día a día con la posibilidad de sufrir agresiones en lugar de soluciones reciben expedientes y medidas que limitan, aún más, su autoridad ante el recluso.
