Su vida fue intensa. También su despedida. El 6 de abril de 2021 Arcadi Oliveres emprendió su último viaje. Nos dejó a los 75 años en la ciudad de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Miles de personas aprendimos de él, de su gran calidad humana. Y es que nadie como Arcadi era capaz de disipar esas diferencias idelógicas, políticas y absurdas que en tantas ocasiones dividen al ser humano. Un ser humano que se despelleja en pro de una bandera o de un color político.
Nadie como Arcadi era capaz de disipar esas diferencias idelógicas, políticas y absurdas que en tantas ocasiones dividen al ser humano. Un ser humano que se despelleja en pro de una bandera o de un color político
Con él todo era diferente. Podías estar en las antípodas de su pensamiento político, pero daba igual. Su máxima era el respeto y, aunque nunca ocultó su postura en una Cataluña dividida y peleada, lo hacía con total elegancia y coherencia. Te ensimismaba con su humanidad y su entusiasmo por gritar a los cuatro vientos la injusticia de un capitalismo que tiene en la más absoluta miseria a medio mundo. Medio mundo del que pocos se acuerdan, salvo para expoliar su riqueza en beneficio propio.
El reconocimiento a su labor humanitaria fue, es, y seguirá siendo una realidad palpable. Solo hace falta teclear su nombre en un buscador para ser testigo de todo un periplo de sabiduría y compromiso con las gentes de todo el mundo. Ahora, como no podía ser de otra forma, Arcadi Oliveres recibe a título póstumo la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña.
Solo hace falta teclear su nombre en un buscador para ser testigo de todo un periplo de sabiduría y compromiso con las gentes de todo el mundo.
Así lo anunció el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès durante el acto celebrado este viernes por la tarde en el Monasterio de Sant Cugat, ciudad que también ha reconocido a Oliveres como hijo predilecto a título póstumo. «La ciudad estaba en deuda con él», reconocía la alcaldesa del municipio, Mireia Ingla el pasado día 1 de junio.
«La ciudad estaba en deuda con él»
Alcaldesa de Sant Cugat del Vallès, Mireia Ingla
Gracias, profesor
Pocas partidas recuerdo como la suya, con tanto amor y reconocimiento. Día a día, su vida se iba desvaneciendo por culpa de una grave enfermedad que no dejaba lugar a dudas de un fin próximo. Sin embargo, el profesor sacó la fuerza para darnos una última lección: Aún en sus últimos momentos tuvo tiempo de agradecer tanto amor, de leer cada uno de los mensajes que alumnos, amigos y familiares le dejaban el las redes sociales después de que su familia anunciase el «breve horizonte» que le esperaba.
Aún en sus últimos momentos tuvo tiempo de agradecer tanto amor, de leer cada uno de los mensajes que alumnos, amigos y familiares le dejaban el las redes sociales
Arcadi se sentía afortunado pero los afortunados fuimos aquellos que tuvimos el honor de conocerlo.
¡Hasta siempre querido profesor! Ojalá tenga tanta paz como la que usted nos ha dejado.