Pocas veces se ha escuchado en el Parlament un discurso como el pronunciado este jueves por la ciudadana Anna Grau a cuentas de la deriva separatista en la que se han instalado TV3 y Catalunya Ràdio. Como se suele decir, Grau no ha dejado títere con cabeza en una intervención dirigida a la nueva consellera de Presidencia, la republicana Laura Vilagrà, y en la que la periodista ha sintetizado de forma muy clara los principales problemas de los medios de comunicación públicos en Cataluña.
Grau ha recordado que ambos medios han recibido duras críticas de entidades como Reporteros Sin Fronteras y el Colegio de Periodistas. Pero también del Tribunal Supremo. Críticas basadas en «cómo se informa pero, sobre todo, en cómo se desinforma«. «Han renunciado a ser la televisión y la radio de todos para aferrarse a una audiencia cada vez menor, jibarizada e intransigente, por no decir narcotizada«.
Arma de guerra contra los no independentistas
La diputada de Cs ha denunciado que la programación de ambos medios «hace ver que la propaganda es información, que el insulto es humor y que el humor es una estructura de Estado». Grau también ha definido TV3 y Catalunya Ràdio como «un arma de guerra ideológica contra el 74% de los catalanes que no han votado independencia» y ha acusado a sus responsables de «una limpieza étnica de la audiencia».
Grau ha puesto como ejemplo de la degradación de estos medios públicos el empleo habitual de la expresión «puta España» por parte de algunos de sus colaboradores. Algo que, ha recordado, negó el director de TV3, Vicent Sanchís, a pesar de que «se trata del grito de guerra habitual de Jair Domínguez en compañía de otros». «Se ve que a más puta España, más caché», ha ironizado Grau.
240 millones de euros sin control
La periodista no ha olvidado en su intervención la situación económica de TV3 y Catalunya Ràdio, medios que cuestan anualmente a los catalanes unos 240 millones de euros y que, sin embargo, tienen una situación financiera delicada. Algo que Grau achaca a la falta de control por parte de sus responsables y a cuestiones como la contratación de productoras. «Todo el pastel se lo llevan siempre los mismos», ha denunciado.
También ha puesto el dedo en la llaga al relatar lo que ha llamado «economía circular». Según ha explicado, TV3 ha facturado en los últimos años unos 150.000 euros en publicidad a la Plataforma per la Llengua, entidad que, a su vez, «acapara en solitario todos los recursos de la Generalitat destinados a la promoción del catalán».