Ecos Independentistas/ Pilar Rahola, cesada en la Vanguardia

Pilar Rahola, tertuliana de cabecera de Junts y Carles Puigdemont, en una imagen de archivo (Europa Press).

Tanta paz lleves como descanso dejas: un viejo refrán que puede aplicarse a casos como el de Pilar Rahola. La Vanguardia acaba de prescindir de sus servicios como articulista, al cabo de catorce años, doce con columna diaria.

No es un mal apunte para un currículum; pero, como es habitual en ciertos caracteres, nos lo va a presentar como un intolerable acto de censura, como un atropello intelectual, como otra afrenta a Cataluña. Mensajes de apoyo en clave victimista no le faltan, empezando por el del mismo Carles Puigdemont.

Dice Rahola en un tweet:

«Sí. La Vanguardia no publicará más artículos míos.

»Sí. Es por motivos ideológicos y políticos.

»No. No he aceptado las peticiones de cambiar mis planteamientos, ni suavizarlos.

»No. No es el primer intento de echarme.

»Sí. La decisión viene de arriba de todo y más allá.»

De tan arriba viene que da miedo pensarlo. Ya imaginamos conciliábulos de gente influyente, ya suponemos poderes fácticos dando ultimátums, ya nos aparece la sombra de una conspiración de Estado. ¿Cómo, si no, iba la Vanguardia a prescindir de una opinión tan cualificada?

«Ya imaginamos conciliábulos de gente influyente, ya suponemos poderes fácticos dando ultimátums, ya nos aparece la sombra de una conspiración de Estado. ¿Cómo, si no, iba la Vanguardia a prescindir de una opinión tan cualificada?».

Que en el cese no han pesado sólo motivos laborales sino, sobre todo, de oportunidad política nadie lo va a poner en duda; pero el episodio de victimismo que nos va a caer encima será colosal. Va a parecer que sólo hay un medio de comunicación en Cataluña, o que los independentistas sólo leen la Vanguardia.

Sin embargo, las opiniones de Rahola, desde hace años cada vez más alineadas con la opción política encabezada por Puigdemont, no van a dejar de oírse. Sigue estando, hasta nueva orden, en la tertulia de los lunes de El món a Rac1; aparece en los programas de TV3 Preguntes freqüents y Tot es mou; sus palabras son abundantemente divulgadas, no siempre favorablemente, por las redes sociales, y por si fuera poco tiene su propio canal en Youtube, modestamente titulado Paraula de Rahola. Ningún atentado contra la libertad de expresión, pues.

«El episodio de victimismo que nos va a caer encima será colosal. Va a parecer que sólo hay un medio de comunicación en Cataluña, o que los independentistas sólo leen la Vanguardia».

Si Rahola y, por extensión, el partido JxCat no se sienten bien representados en la Vanguardia y no tienen bastante con los otros medios existentes, podrían hacer su propio diario, siguiendo el ejemplo de El Observador de la actualidad (1990 – 1993), diario impulsado desde CiU para desbancar a la Vanguardia como medio de referencia catalán, aunque escrito en castellano. No duró mucho.

Como ejemplo de que hay muchos desagradecidos que no le reconocen a Rahola ni los servicios prestados, este tweet de Eulàlia Reguant (CUP), en que lamenta que sea el grupo Godó antes que TV3 quien la despache.

Joan Vall Clara, en el Punt-AvuiRahola perd una trona—, comenta esto último: «¡La diputada más progre censura de la manera más burda a los profesionales en los medios públicos! ¡Mamá, miedo!» No es ninguna sorpresa que desde la CUP se censure, se persiga y se haga callar a los profesionales; la suya no es una lucha por Cataluña sino contra la libertad de expresión y contra todas las libertades.Ya es hora que los vayan conociendo.

Prosigue Vall: «Por Rahola y su libertad de expresión no hay que sufrir, y por su economía particular, tampoco. Sobrevivirá al despido, lo capitalizará y le sacará rédito. Pilar es uno de los mejores ejemplos del periodismo espectáculo en nuestro país y de las puertas giratorias entre política y periodismo.»

«Por Rahola y su libertad de expresión no hay que sufrir, y por su economía particular, tampoco. Sobrevivirá al despido, lo capitalizará y le sacará rédito».

Joan Vall Clara, El Punt Avui

En el Periódico, Albert Soler, en su tono de humor habitual, habla de El ego de Pilar Rahola y recuerda que él también tiene que sufrir presiones:

«Si serán poca cosa quienes quieren silenciarme, que en lugar de un escritor de verdad, un día llamó la propia Rahola, quejándose de una de mis columnas y con tono de ustedes no saben con quién están hablando. Tampoco le hicieron caso, como es natural, pero ahora va a tener tiempo de pensar en su curioso concepto de libertad de expresión.»

Pugna por imponer el relato

No está de más recordar una conversación que trascendió y reprodujo el Periódico: Un audio de Madí y Rahola revela las presiones de JxCat a TV3.

Fue en setiembre de 2020. A partir de un recorte a las apariciones de Rahola en TV3, dedicido por su director, Vicent Sanchís, se entabla una conversación entre ella y David Madí, factótum de muchas cosas en la política catalana.

«Rahola se describe en la conversación como “prácticamente la única que defiende el espacio” que representa JxCat y, en concreto, Puigdemont. Y lamenta que Sanchis no haya rectificado a pesar de que han intervenido para que cambie de opinión Puigdemont, Francesc Pena, ex jefe de comunicación de JxCat, y Albert Batet, presidente de JxCat en el Parlament.

Rahola informa a Madí que Puigdemont le ha transmitido lo siguiente: “Está claro que lo hicimos muy mal al principio [el control de TV3], está claro que si ahora gobernamos o, por la vía de ganar o por la vía de estar en el gobierno, lo primero que tenemos que controlar será este tema, y está claro que se lo haremos pagar a Sanchis porque habrá “un antes y un después”.»

Con todos los reparos que hay que poner a la divulgación de una conversación privada, lo más llamativo es que Rahola no reivindica su buen hacer y sus méritos profesionales, sino su capacidad de ejercer de portavoz oficioso de un partido en un medio público. Desde luego, esto no es ninguna excepción sino más bien la norma en todos los medios públicos y semipúblicos.

Al final, la convencen de que siga en TV3; hasta Puidemont se lo aconseja: «Me dijo que si me marcho perderemos porque no hemos conseguido instalar el relato público de que estos tíos nos están puteando y de que ERC domina TV3. Pero que ahora lo haremos.»

Con todos los reparos que hay que poner a la divulgación de una conversación privada, lo más llamativo es que Rahola no reivindica su buen hacer y sus méritos profesionales, sino su capacidad de ejercer de portavoz oficioso de un partido en un medio público.

Un episodio más de la interminable guerra civil entre ERC y JxCat por lo que llaman «control del relato».

Alguien tendrá que estar

En el programa de televisión Todo es mentira, de Cuatro, entrevistaron a Pilar Rahola para comentar el cese. Nuevamente, se reivindica a sí misma como representante de algo que no tiene nada que ver con la calidad o la importancia de su trabajo:

«Cuando la Vanguardia me ficha, me ficha porque necesita demostrar que tiene pluralidad, que amplia sus horizontes, y que por tanto es un periódico que sirve para todos los catalanes».

Pilar Rahola

«Cuando la Vanguardia me ficha, me ficha porque necesita demostrar que tiene pluralidad, que amplia sus horizontes, y que por tanto es un periódico que sirve para todos los catalanes (…) En ese momento la jugada de la Vanguardia, y durante años ha sido así, es: somos un periódico plural, no sólo somos el periódico monárquico, de orden y conservador sino que también nos acercamos a una parte muy importante de Cataluña que tiene una sensibilidad soberanista, y ese es el papel que yo tengo…»

Cuando el presentador afirma que la Vanguardia es un medio privado que como tal decide su línea editorial, Rahola replica que ese medio recibe 16 millones de euros de la Generalitat. Nadie ignora que la subvenciones no se dan por criterios objetivos sino a cambio de algo.

Pero ¿acaso hay una cláusula secreta en el acuerdo según la cual la Vanguardia ha de mantener la colaboración de Rahola? Los artículos de Rahola, según el criterio de JxCat, ya que no de ERC, que «nos están puteando», ¿entran en la categoría de servicio público?.

Rahola cree que su fichaje, desde luego, no tiene nada que ver con las subvenciones, pero «los medios de comunicación hoy en día también ciertas explicaciones sobre la pluralidad ideológica tienen que darlas».

«Si yo no estoy alguien tendrá que estar en esa posición porque forma parte de la pluralidad».

Y seguidamente impone esta obligación al diario que la ha tenido en nómina durante catorce años: «Si yo no estoy alguien tendrá que estar en esa posición porque forma parte de la pluralidad.»

«Una cosa es incorporar un espectro ideológico amplio para llegar a cuantos más lectores mejor y otra muy diferente tener que someter la libertad de prensa y de empresa a cuotas de partido».

Una cosa es incorporar un espectro ideológico amplio para llegar a cuantos más lectores mejor y otra muy diferente tener que someter la libertad de prensa y de empresa a cuotas de partido. Pero así es el país que nos preparan. Los comisarios políticos de hoy en día se presentan como intelectuales.

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