Aragonès ya es presidente, y Artadi renuncia

Ya tenemos a Pere Aragonès investido presidente de la Generalitat. Antoni Puigverd —Aragonès, el trujamán destaca el rasgo centrado, ya que no centrista, del personaje: «No forma parte de la facción radical de su partido. Tiene el benévolo aspecto de un político dialogante. Evita el choque y la pelea. Tiende a la prudencia y la contención. En una época de estridencias, cuando triunfan los estrafalarios, Aragonès demuestra que la discreción sigue siendo un buen camino.»

«En una época de estridencias, cuando triunfan los estrafalarios, Aragonès demuestra que la discreción sigue siendo un buen camino».

Antoni Puigverd

Y, para calificarlo, evoca la figura medieval del trujamán o dragomán, un intérprete que «más que traducir palabras, acomodaba, aclimataba, concertaba, conectaba mundos diferentes. El trujamán era un artista de la intermediación, un experto en conexiones, un orfebre de las relaciones». Ni los más optimistas esperan tanto de Aragonès, pero estaría bien que como mínimo lo intentase.

«Aragonès es un intérprete situado (…) entre dos fronteras, el independentismo encarcelado y la gobernación de una Catalunya que, desde 2008, no hace otra cosa que acumular crisis», y deberá «armonizar una tercera frontera: la que marca el puigdemontismo (mezcla curiosa del sentido de poder convergente y del espíritu agitador).

«Aragonès es un intérprete situado (…) entre dos fronteras, el independentismo encarcelado y la gobernación de una Catalunya que, desde 2008, no hace otra cosa que acumular crisis».

Antoni Puigverd

Una mezcla que se ha demostrado, aunque Puigverd aquí no lo dice, tremendamente inestable y cuyos experimentos no han hecho más que agravar todas las crisis que nos han venido encima. Aragonès deberá erradicar la agitación del último decenio, reconducirla a los cauces legales, y apaivagar los ánimos. Tendrá que decirle a mucha gente lo que no quiere oír —a los suyos y sobre todo a los aliados—, si hace falta arriesgando la presidencia en ello.

Pocas expectativas

En el retrato que de Aragonès hace Andreu Barnils en Vilaweb —Pere Aragonès, un president ordenat en temps caòtics— se lee: «Su gran desafío será demostrar que no es únicamente un delfín designado, un buen vicepresidente, sino que es un buen número uno además de haber sido un buen número dos. Una cosa es recibir órdenes y otra darlas. En su contra tiene una imagen de hombre gris, burócrata o aburrido. Pero toda calidad es de doble filo, y los mismos argumentos se pueden girar a su favor: genera pocas expectativas y, por tanto, pocas frustraciones. A poco que lo haga bien, la respuesta puede que Pere Aragonés “es mucho mejor que no pensábamos”.»

«Su gran desafío será demostrar que no es únicamente un delfín designado, un buen vicepresidente, sino que es un buen número uno además de haber sido un buen número dos».

Andreu Barnils

Barnils añade la particular aportación del independentismo insurreccional a esta legislatura, o sea, volverlo a hacer. Habrá dos etapas: «Un primer momento, centrado en el diálogo, y un segundo en el que puede haber un embate. Pere Aragonés ha demostrado que puede ser bueno en momentos de diálogo y falta ver cómo reaccionará en momentos de tensión (…) Veremos cómo reaccionará si la legislatura es caótica, con represión española y crisis económica.»

«Pere Aragonés ha demostrado que puede ser bueno en momentos de diálogo y falta ver cómo reaccionará en momentos de tensión».

Andreu Barnils

El caos está garantizado, dado el carácter de los personajes que protagonizan la política catalana; la represión no podrá faltar, puesto que es un concepto que se aplica a cualquier contrariedad o a la simple aplicación de la ley, y la crisis económica ya está aquí y no se va a ir en cuatro días ni en el improbable caso que en la Generalitat supieran tomar buenas decisiones.

Algo pasa con Elsa

Antes incluso de constituirse el gobierno, ya se ha producido el primer cese. Elsa Artadi, que parecía estar destinada a ocupar la vicepresidencia de la Generalitat y la cartera de economía, el miércoles 19 dijo que no, que tiene quehaceres más importantes.

Lo anunciaba la Vanguardia: Elsa Artadi no estará en el Govern de Pere Aragonès y «opta por centrarse en su cargo de concejal de la formación en el Ayuntamiento de Barcelona».

Elsa Artadi no estará en el Govern de Pere Aragonès y «opta por centrarse en su cargo de concejal de la formación en el Ayuntamiento de Barcelona

La Vanguardia

De aquí a las próximas elecciones municipales, en 2023, pueden pasar muchas cosas, pero el grupo de JxCat que preside Artadi obtuvo sólo el 10.5 % de los votos y 5 escaños de un total de 41. Su probabilidad de llegar a la alcaldía dentro de dos años no es abrumadora.

Minutos después de las seis de la mañana, Jordi Basté ya decía, en Rac1, que «no me lo creo» que Elsa Artadi renuncie al gobierno para continuar en el Ayuntamiento. «Tal vez algún día explicará la verdad» de esa renuncia «a pocas horas de la sesión de investidura y cuanto todo el mundo lo daba por hecho.» «Aquí pasa algo», y no por ella sólo.

«No me lo creo, que Elsa Artadi renuncie al gobierno para continuar en el Ayuntamiento. Tal vez algún día explicará la verdad»

Jordi Basté

En Nació Digital, Ferran Cases apunta un par de pistas. Una es que quien ostente la vicepresidencia «acumulará mucho poder institucional» y «estará muy bien posicionado para ser candidato en las próximas elecciones». Otra, que la inexistencia de una hoja de ruta independentista pactada en el nuevo gobierno «ha hecho perder entusiasmo a muchos dirigentes de JxCat (…) a pesar de que en la negociación han conseguido amplias cuotas de poder autonómico».

Màrius Carol, en la Vanguardia, habla de la fascinación del paso al lado y apunta que al propio Pere Aragonès «la noticia le cogió mientras preparaba el discurso de investidura en su despacho». Una sorpresa de tal calibre no es un buen inicio de mandato, independientemente de si la renuncia le gusta más o menos.

«Al propio Pere Aragonès «la noticia le cogió mientras preparaba el discurso de investidura en su despacho». Una sorpresa de tal calibre no es un buen inicio de mandato, independientemente de si la renuncia le gusta más o menos».

Màrius Carol

Aunque todo el mundo se haga el inocente, no hay efecto sin causa y no tardaremos en saber el porqué de la retirada. Por el momento, según Carol, «estamos ante un misterio que seguramente tiene sus claves políticas en el seno de la propia formación de JxCat» y «es indudable que las divergencias entre Jordi Sànchez y Carles Puigdemont no son ajenas a esta crisis».

«Estamos ante un misterio que seguramente tiene sus claves políticas en el seno de la propia formación de JxCat».

Màrius Carol

También aporta una cita de Gaziel, que siempre va bien: «Los catalanes no descollamos por nuestro sentido político, pues no lo tuvimos ni en nuestras mejores épocas históricas.» No queda claro si Carol está pensando en Elsa Artadi o en los electores, que nos han propiciado un gobierno de rumbo incierto y personajes inestables.

Salvador Sostres, en el Diari de Girona —El futbol femení—, anuncia una época «de simulacros, de categorías blandas, de segunda división. Se acercan tiempos, de hecho ya estamos en ellos, de realidades paralelas, de hazañas de medio pelo, de lujos de feria. Triunfará lo que es blando, lo que es absurdo, lo que no nos comprometa (…) La Cataluña naïf, la Cataluña que se enroca en el error en lugar de admitir que éste no es su paradigma (…) Este gobierno de oportunistas y de ganapanes. Este mar sin agua. Este darse tanta importancia en nombre de un prestigio que los años han deshecho y no hay nada que hacer».

Jornadas de convivencia

Ni siquiera en Catalunya Ràdio pudieron disimular el cachondeo que produce la gran cantidad de órganos de coordinación que establece el acuerdo de gobierno entre ERC y JxCat. Habrá 14 consejerías y 10 órganos de seguimiento, evaluación y revisión. Lo más gracioso son los encuentros de todo un fin de semana que reunirán, dos veces al año, al presidente y los miembros del gobierno con el presidente y el portavoz de ambos grupos parlamentarios, más «dos participantes que designen los partidos», es decir uno de ERC y otro de JxCat. La radio oficial lo califica de jornadas de convivencia. ¿De qué van a hablar unas personas que están o deberían estar en contacto permanente por razón de su cargo?

«Lo más gracioso son los encuentros de todo un fin de semana que reunirán, dos veces al año, al presidente y los miembros del gobierno con el presidente y el portavoz de ambos grupos parlamentarios¿De qué van a hablar unas personas que están o deberían estar en contacto permanente por razón de su cargo?»

Alguien les habrá vendido la idea del “coaching” o del “team building”, o cualquiera de esas técnicas con las que empresas aspiran a formar equipos cohesionados y potenciar las relaciones personales entre compañeros de trabajo con el fin de mejorar la productividad del conjunto. Tal vez funcione en algunos ámbitos, pero en política se supone que los altos cargos ya vienen cohesionados de casa; ¿para qué sirven los partidos, si no para preparar equipos de dirigentes?.