Como es sabido, uno de los principales objetivos perseguidos por el separatismo catalán es excluir el castellano del espacio público, sustituyendo el bilingüismo actual por un monolingüismo en el que solo tenga cabida la denominada lengua propia —esto es, el catalán—. De ello da fe, por ejemplo, el Manifiesto Koiné, que en 2016 abogó por esta lengua como la única oficial de Cataluña y que fue firmado por 170 figuras del nacionalismo catalán, entre ellas la actual presidenta del Parlament, Laura Borràs.
No es de extrañar, pues, que parte del «embate democrático» contra el Estado que planea el próximo Govern formado por la izquierda y derecha nacionalista tenga como objetivo seguir arrinconando al español en la escuela. Así, en el preacuerdo para formar un nuevo Ejecutivo entre Junts per Cataluña y Esquerra Republicana figura el propósito de «preservar el catalán como lengua vehicular y fortalecer el modelo de inmersión como herramienta de cohesión, identidad y convivencia en nuestra sociedad».
Afirman que respetarán «todas las lenguas»
Pese a este afán declarado de consolidar el monolingüismo vehicular en la escuela, en el texto ambas fuerzas subrayan su voluntad de «respetar y valorar todas y cada una de las lenguas que conviven en el espacio educativo, dentro y fuera de la escuela, a partir de la actualización y seguimiento de la aplicación de los proyectos lingüísticos». Por otra parte, el rechazo al castellano no impide que sí se pretenda «garantizar en la Vall d’Aran y en todo el ámbito educativo, dentro y fuera de la escuela, el conocimiento y el uso de la lengua aranesa».
El blindaje lingüístico que promete el acuerdo ha sido duramente criticado en redes por la asociación constitucionalista Asamblea por una Escuela Bilingüe, presidida por Ana Losada. La asociación probilingüismo ha criticado que el empeño en «fortalecer la inmersión» del futuro Ejecutivo pasa inevitablemente por «continuar con la exclusión del español como lengua de enseñanza» y «no respetar los derechos lingüísticos de los alumnos catalanes».
«El vot de Lleida val gairebé dues vegades i mitja que a Santa Coloma de Gramenet».
SEPARATISTAS :TENÉIS UN 26% DEL CENSO (UNA PERSONA UN VOTO)EN LAS «PLEBISCITARIAS» DEL 14-F..
El separatismo ha perdido el 30% (casi 1 de cada 3) de los votos que obtuvo en 2017: de 2.079.000 a 1.456.000, més de 623.000 catalans han dit adéu al prusés, la secesión ya no les ilusiona, no ven necesario movilizarse.En 2019 hubo cuatro elecciones en Cataluña y , en todas, el separatismo perdió más de 300 mil votos.Por cierto, no había COVID