Va a ser muy difícil que el republicano Pere Aragonés pueda justificar después de este lunes cualquier tipo de negociación o acuerdo con Junts. Y es que la posconvergencia no ha dudado en lanzar sus huestes a las calles de Barcelona con la clara intención de coaccionar a ERC para que abandone su pretensión de gobernar de la mano de En Comú-Podem y Guanyem-CUP. Una decisión adoptada el domingo y que se produce tras casi tres meses de intentar llegar a un acuerdo con el partido de Carles Puigdemont.
A las puertas de la sede central de ERC en Barcelona, un centenar de simpatizantes de Junts se ha manifestado este lunes, tras confirmarse que republicanos y comunes avanzan a buen ritmo en la negociación para formar gobierno. Algo que en Junts no ha sentado precisamente bien. Y lo que inicialmente podía parecer una concentración de separatistas enfadados con todos los líderes independentistas se ha revelado, finalmente, como una manifestación contra ERC al corearse lemas tan claros y contundentes como el de «Junqueras, traidor, púdrete en la prisión«, acompañado del ya tradicional «botiflers«. Para que, además, no quedara ninguna duda, también han gritado cosas como «Puigdemont, nuestro presidente«.
La democracia ‘posconvergente’
La manifestación es una muestra más del peculiar sentido de la democracia que tiene el partido liderado por el español más famoso en Waterloo. Algo que ya habían dejado claro al pretender usurpar el liderazgo del Govern a ERC mediante el controvertido Consell per la República. Un chiringuito de carácter privado financiado por casi 100.000 socios y a través del cual Puigdemont pretendía tutelar a Pere Aragonés y condicionar el trabajo de la Generalitat tanto en Cataluña como ante el Gobierno central. O, dicho de otro modo, con el que el expresidente y eurodiputado, además de fugado de la Justicia, persigue usurpar a ERC el poder que le otorgaron las urnas el ya lejano 14 de febrero.
La manifestación, como era de esperar, ha acabado con los concentrados, probablemente ya vacunados contra el COVID-19, entonando Els Segadors como broche épico al asedio a la sede de ERC. Aragonés dijo el domingo que mantiene la puerta abierta para seguir negociando con Junts. Algo que ahora le resultará difícil de defender ante su militancia en particular y los catalanes en general.