El hostigamiento separatista al que es sometida la Policía Nacional en Cataluña pasa factura. Según ha alertado hoy el Sindicato Unificado de Policía (SUP), uno de cada cuatro agentes destinados en la comunidad catalana ha pedido el traslado a otra región. Según la entidad, el motivo es el «desamparo institucional» que sufren, tanto ellos como sus familias, ante el «acoso independentista». También denuncian «discriminaciones» diversas por parte de la Administración —en este sentido, cabe recordar que fue la Justicia la que tuvo que obligar a la Generalitat a vacunar contra el Covid a los agentes, ya que ésta solo inmunizó a los Mossos.
Por ello, la SUP ha vuelto a exigir que el Ministerio de Interior declare «territorio de especial singularidad» a Cataluña, a fin de detener «la sangría de efectivos que sufre la plantilla». No en vano, mientras que en 2020 800 agentes pidieron el traslado, en 2012 la cifra ha aumentado a 900, lo que equivale al 25% del cuerpo.
El «encarecimiento de la vida» agrava el problema
Con la «especial singularidad» de Cataluña, el sindicato busca que Interior inyecte «incentivos económicos y sociales» que faciliten que la policía desee quedarse en esta comunidad pese al acoso denunciado. La entidad también señala que el «encarecimiento de vida» en la región tampoco ayuda a que los agentes no soliciten el cambio de destino.
Por último, el comunicado alerta de que en la escala de subinspección el 50% ha solicitado el traslado a otra región, mientras que en la escala básica lo ha hecho el 30%, datos que considera «especialmente graves». «Las cifras son escandalosas, la sordera de Interior aún mayor, y la última polémica de la Generalitat retrasando la vacunación de los policías agrava más la situación», critican.