Una agresividad cada vez más acusada se ha apoderado de la campaña electoral en Madrid. Los enfrentamientos entre Unidas Podemos y Vox van subiendo de nivel a medida que se acerca la cita con las urnas y han llevado este viernes a La Sexta a anunciar que cancela el debate que tenía previsto para el próximo lunes. La cadena privada reacciona así a lo sucedido en el encuentro de candidatos celebrado horas antes en la Ser y en el que la hostilidad entre Pablo Iglesias (UP) y Rocío Monasterio (Vox) ha llegado a tal punto que el que el exvicepresidente del Gobierno ha decidido abandonar el estudio. Ha sido seguido minutos después por los candidatos del PSOE, Ángel Gabilondo, y Más Madrid, Mónica García.
Iglesias se ha ido del debate ofendido por la actitud de Monasterio, que ha cuestionado la veracidad de las supuestas amenazas de muerte que han recibido el candidato de Unidas Podemos, su pareja (la ministra Irene Montero), el titular de Interior (Fernando Grande-Marlaska) y la directora general de la Guardia Civil. La conductora del programa, la periodista Ángels Barceló, ha intentado que el líder de la formación morada no se fuera y ha recriminado duramente a la candidata de Vox por su actitud.
Vox, por su parte, ha anunciado que va a denunciar las «supuestas amenazas» y a personarse como acusación particular porque quieren que «la investigación policial y judicial determine quién o quiénes son los autores de las cartas», según ha informado el partido. Su número uno en Madrid, Rocío Monasterio, con la ironía que la caracteriza, ha zanjado el escándalo con un tuit conciso y rotundo: «Comenzamos la campaña haciendo lo que prometimos para la legislatura: echando a Pablo Iglesias».
Cordones sanitarios contra el partido de Abascal
Los enfrentamientos entre UP y Vox vienen de largo y se han materializado, por parte de la izquierda, en acuerdos como el cordón sanitario en el Congreso contra la formación o el firmado en el Parlament catalán para invisibilizar a los 11 diputados del partido liderado por Ignacio Garriga. En el caso de Cataluña, esta censura ha tenido como consecuencia que los partidos separatistas hayan arrebatado a Vox el senador autonómico que le corresponde por ley.
Pero ha sido en Madrid donde la situación se ha ido agravando en las últimas semanas. El ya tristemente célebre mitin de Vallecas fue el pistoletazo de salida para una precampaña y una campaña electorales en las que ambas formaciones están siendo protagonistas por su belicosidad y están logrando que la tensión crezca a diario. Santiago Abascal autorizó esta semana a sus simpatizantes a responder ante las agresiones que sufren durante los mítines. UP, por su parte, lleva tiempo alentando a los suyos a enfrentarse a Vox con la excusa de no dejar pasar al fascismo.
Diputado Echenique, el troll morado
Las redes sociales, en este caso, no ayudan. Sobre todo Twitter, donde el insulto está a la orden del día. Iglesias, cuyos fieles suelen ser de los más agresivos en este espacio, ha lamentado los ataques personales y ha puesto como ejemplo que le llamen «rata» y «chepudo». Nada ha comentado sobre los cientos de tuiteros que, sarcásticamente, se refieren a él como «macho alfa». Cierto es que Iglesias es objetivo de todo tipo de ataques en la red, como el resto de políticos. Menos habitual es que los trolleos vengan de la mano de cargos públicos. Y, en este sentido, el timeline del portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, es una mina.
Hipocresía, democracia y una seria advertencia
Frente a este escenario, el resto de partidos que concurren a las elecciones a la Asamblea de Madrid va tomando posiciones. En el PP, ha sido el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida el que se ha pronunciado de forma más contundente ante lo sucedido en la Ser. Lo ha hecho condenando la violencia pero, a la vez, calificando la actitud de Pablo Iglesias como «un ejercicio de hipocresía y cinismo». «Me extraña», ha dicho el primer edil, «que Pablo Iglesias se haya levantado de esa mesa porque Vox ha hecho exactamente lo mismo que hace él». Almeida ha dejado clara la condena del PP a las amenazas contra Iglesias y su familia pero ha insistido en que el líder de UP ha «alentado la violencia en las calles de Madrid con las manifestaciones de Pablo Hásel».
El candidato socialista, Ángel Gabilondo, ha asegurado, por su parte, que este viernes «se ha producido un cambio de rumbo en la campaña». «Hoy todos los demócratas nos llamamos Fernando, María y Pablo», ha dicho, en referencia a los destinatarios de las amenazas recibidas en el Ministerio de Interior. Y ha añadido: «Quienes no condenen explícitamente la violencia concreta deben ser vencidos en las urnas. Porque esto ya no va solo de Madrid. Va de democracia».
Edmundo Bal, candidato de Cs, también ha sido rotundo en su condena de las amenazas recibidas por Iglesias. Y ha recordado que también su partido ha sido objeto de graves ataques en Cataluña. «Me repugna quienes diluyen cualquier ataque totalitario», ha añadido, «la democracia no es irreversible».
La candidata de Más Madrid, Mónica García, ha asegurado que «esta ultraderecha es incompatible con la democracia» y ha asegurado que, en la actual situación, «no se dan las condiciones para celebrar más debates».
