En esta semana la Ministra de Hacienda ha sido pródiga en declaraciones sobre reformas fiscales. Ha atacado en dos frentes:
PRIMER FRENTE: REFORMA PROFUNDA DEL SISTEMA FISCAL
La reforma fiscal es un componente importante del Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR) que el Gobierno debe enviar a Bruselas antes del 30 de abril. Este PRR comprende 110 inversiones y 102 reformas. Entre las reformas se incluye la reforma fiscal.
¿Por qué hay que hacer una reforma fiscal profunda? Por las razones de siempre: para recaudar más y reducir el déficit. Siempre nos han dicho que el porcentaje de la recaudación fiscal española sobre PIB es unos 7 puntos inferior a la media de la UE. Estamos en el 39% del PIB y la media de la UE es de un 46%. Tendríamos que recaudar unos 70.000 millones de euros más. Lo que se pretende es reducir esa brecha fiscal. ¿Cómo? Entre otras cosas, aumentando la recaudación por el Impuesto sobre Sociedades, aumentando la fiscalidad verde y subiendo los tipos impositivos en el IVA.
«¿Por qué hay que hacer una reforma fiscal profunda? Por las razones de siempre: para recaudar más y reducir el déficit»
Para examinar todas estas cosas, Hacienda ha creado una Comisión de 15 Expertos, que en febrero de 2022 deberá emitir un informe con propuestas de reformas concretas.
SEGUNDO FRENTE: ARMONIZACION DE PATRIMONIO Y SUCESIONES
El segundo frente en el que ha atacado la Ministra es el de la armonización del Impuesto sobre el Patrimonio y del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones entre las CCAA. Están obsesionados con este tema. No soportan que la Comunidad de Madrid tenga bonificado Patrimonio al 100% y Sucesiones y Donaciones al 99% (para herencias y donaciones de padres a hijos o entre cónyuges). Tanta es su obsesión que no les ha importado torpedear el mensaje de su candidato, el señor Gabilondo, quien, en un arranque de bonhomía fiscal, había prometido no tocar la fiscalidad autonómica madrileña en dos años. La Ministra ha planteado el año 2022 como el año de la armonización. Que se vayan preparando los madrileños.
Otro día hablaremos de la armonización fiscal. Hoy comentaremos la reforma fiscal profunda de la que están hablando.
NO ES EL MOMENTO DE PENSAR EN REFORMAS FISCALES
En primer lugar, hay que decir que éste no es el momento para hablar de estas cosas. Ni de la reforma fiscal profunda ni de la armonización de Patrimonio y Sucesiones. Ni siquiera es el momento de crear ninguna Comisión para ninguna reforma fiscal.
«La economía española está en la UCI. Miles de empresas están desapareciendo. Cientos de miles de autónomos están desesperados»
La economía española está en la UCI. Miles de empresas están desapareciendo. Cientos de miles de autónomos están desesperados. Los beneficios obtenidos en España en 2020 por las grandes empresas españolas han caído en picado. Hay pérdidas en muchos casos. La caída del PIB en 2020 ha sido de un -10,8%, cifra nunca vista en la serie histórica. Y, contra todo pronóstico, el primer trimestre de 2021 ha sido muy decepcionante. Los analistas prevén una caída del PIB en este primer trimestre entre un -1% y un -2%. Al final de marzo teníamos 4 millones de parados registrados y 744.000 personas en ERTEs. El rebote del PIB en 2021 va a ser muy inferior al 9% previsto. El Banco de España prevé un 6%.
Además, la llegada de los fondos europeos se va a retrasar. La maquinaria de Bruselas es muy lenta. Y el Tribunal Constitucional alemán está poniendo pegas. Esperemos que esto sólo retrase dos o tres meses. En todo caso, la gestión de los fondos europeos, cuando empiece a llegar el dinero, poco a poco, va a ser muy laboriosa.
¿A quién se le ocurre hablar de reformas fiscales estando así las cosas? Es como explicarle a un enfermo grave que tiene que trabajar más. Ni siquiera hay que hablar de crear ninguna Comisión. Hay que esperar a que la recuperación se consolide para empezar a hablar de estas cosas.
Este es el momento en que el Gobierno y las CCAA tienen que trabajar sólo en dos cosas: vacunación y recuperación económica. En las vacunas dependemos de los suministros de Bruselas y nuestro margen de actuación es muy reducido. Pero la recuperación económica tiene mucho que ver con la forma en que nosotros hagamos las cosas. Y en este punto es absolutamente vital un Acuerdo entre PSOE y PP, extensivo a CCAA y agentes sociales, para gestionar los fondos europeos y, sobre todo, para crear el clima de estabilidad, confianza y seguridad imprescindible para la inversión y la creación de empleo. No hay otra. Cuando se recupere el PIB de 2019 hablaremos de la reforma fiscal. Ojalá sea en 2023.
¿A QUE SE DEBE LA BRECHA FISCAL CON LA UE?
La brecha fiscal de 7 puntos que hay entre España y la UE no se debe a los impuestos directos. Nuestros tipos de IRPF y Sociedades son comparables. Y las cotizaciones a la SS son superiores. Lo que ocurre en que en España hay un número de parados incomparable con Europa. Nos faltan 3 millones de empleos. Y ocurre que la renta media española es más baja que la de nuestros colegas alemanes, franceses o italianos. Todo eso se nota en la recaudación. Además de eso, la brecha fiscal se debe a que recaudamos menos por impuestos indirectos: IVA e Impuestos Especiales (gasóleo, gasolina, tabaco y alcohol).
¿QUE IMPUESTOS HAY QUE TOCAR?
«Hay que pensar en las grandes cifras del IVA y los Impuestos Especiales. Esto es lo que habrá que tocar en su momento. Y no va a ser fácil. Por eso hace falta el Acuerdo que defendemos»
El dinero que el Estado necesita no va a salir de la tasa Tobin, ni de la tasa Google, ni del Impuesto sobre residuos en vertederos, ni del Impuesto sobre envases de plástico. Tampoco de la tasa por el uso de las autovías, de implantación muy complicada. Estos impuestos recaudan muy poco y perturban mucho. No queda otro remedio: hay que pensar en las grandes cifras del IVA y los Impuestos Especiales. Esto es lo que habrá que tocar en su momento. Y no va a ser fácil. Por eso hace falta el Acuerdo que defendemos.
¿Y LAS COTIZACIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL?
El Gobierno está pensando en aumentar la recaudación de la SS subiendo la base máxima de cotización. Actualmente esa base está en 48.840 euros (4.070 x 12). Si el sueldo es superior, se cotiza por ese importe (un 33% la empresa y un 6% el trabajador). Lo que se propone es aumentar esa base hasta un límite superior a determinar (destope). Se castiga así a los salarios superiores a 48.840 euros anuales.
«Se castiga así a los salarios superiores a 48.840 euros anuales»
Para endulzar la píldora, prometen aumentar la pensión máxima, que ahora está en 37.900 euros anuales (2.707 x 14). Quieren recaudar más hoy y prometen pagar algo más (¿?) dentro de 20 años. Esta es una medida impresentable: aumenta los costes de personal que soportan las empresas y desincentiva la mejora salarial. La economía no está para esto. Va justo en dirección contraria a la creación de empleo.
¿Y PARA CUANDO EL CONTROL DEL GASTO PUBLICO?
Para terminar: en ninguna parte habla en serio el Gobierno sobre el control del gasto público. Ni en el PRR ni en ninguna parte. Sólo palabras vacías. Y éste sí es el momento para hablar de esto. Y en Bruselas lo están esperando constantemente. El Gobierno dio un mal ejemplo subiendo las pensiones y los salarios de los funcionarios muy por encima del IPC.
«Para terminar: en ninguna parte habla en serio el Gobierno sobre el control del gasto público. Ni en el PRR ni en ninguna parte»
No entrar a fondo en esto devalúa profundamente el mensaje. Hay que reducir gastos corrientes (alquileres, servicios exteriores…) y eliminar duplicidades, hay que gestionar mejor los inmuebles, hay que suprimir universidades, suprimir canales de TV, suprimir organismos autonómicos (defensores del pueblo, consejos consultivos, cámaras de cuentas), hay que reducir el número de parlamentarios autonómicos, suprimir Diputaciones… Esta es una parte inseparable de la reforma fiscal: la gente asumirá mejor las subidas de impuestos cuando los políticos gasten menos.