El lamentable espectáculo que están ofreciendo ERC y JxCat en medio de la peor crisis vivida en Cataluña en décadas no tiene visos de acabar en breve. Las negociaciones para formar gobierno parecen estar paralizadas y, justo cuando se cumplen dos meses de la celebración de las elecciones autonómicas, el republicano Pere Aragonés casi ruega a la posconvergencia su apoyo para poder ser investido como el 132 presidente de la Generalitat. Así se ha podido comprobar este martes en una entrevista de Aragonés con Catalunya Ràdio, en la que el aspirante ha asegurado, aunque con poca convicción, que «esto se ha de activar» y que está seguro de que será «pronto».
Tal y como le había exigido JxCat, ERC ha remitido al partido de Carles Puigdemont «una propuesta completa de lo que debería ser el acuerdo de gobierno», según ha explicado el aspirante. Esta propuesta incluye, entre otras cuestiones y tal y como ha desvelado el diario Ara y ha confirmado Aragonés, la creación de «mecanismos de control» sobre el propio Govern que impidan que una nueva crisis entre ERC y JxCat dé al traste con la legislatura, tal y como sucedió en 2020. Así, se formarían tres comisiones integradas por republicanos y posconvergentes para coordinar la acción legislativa, establecer la ejecutiva y velar por el cumplimiento de los acuerdos alcanzados entre ambas formaciones.
Sin «compartimentos estancos»
Los republicanos intentan que la posconvergencia acepte su propuesta de reparto de poder dentro del Ejecutivo autonómico. Nada ha desvelado Aragonés este martes en este sentido pero parece que está claro que será JxCat la que se quede con la Conselleria de Economía, que gestionará los multimillonarios fondos europeos para la reconstrucción. Frente a las posibles reticencias posconvergentes, Aragonés, tal y como ya hiciera el lunes la portavoz de su partido, Marta Vilalta, ha insistido en que «no hay ningún escollo insalvable«. De cualquier modo, para ERC sí parece ser innegociable la formación de un Ejecutivo en el que las conselleries no sean «compartimentos estancos» sobre las que solo decida el partido responsable.
El aspirante a la Presidencia, por otro lado, no ha querido aclarar si las negociaciones siguen o no en marcha. En este sentido, ha asegurado que hay comunicación «constante» y que, incluso, ha hablado con Carles Puigdemont. Pero también ha matizado que existen dificultades debido a que algunos negociadores, como el secretario general de JxCat, Jordi Sánchez, están en prisión y que eso dificulta los «encuentros presenciales«.
Ante las críticas de JxCat al supuesto autonomismo de ERC, Aragonés ha insistido en que quieren «ganar la independencia«. Pero los republicanos parecen tener claro que este no es el momento y que ahora lo que urge es dar salida a la crisis del COVID-19 mientras que en la posconvergencia se apuesta por aprovechar esta situación para romper con España. «Queremos ganar la independencia», ha dicho Aragonés, «hay que generar las condiciones para que sea inevitable. En eso coincidimos todos los partidos independentistas».
Así las cosas, y vista la actitud del líder de ERC, todo parece indicar que JxCat seguirá manteniendo su postura de no facilitar un Govern liderado por los republicanos hasta que no se asegure el control absoluto de la Generalitat y del procés. De momento, Aragonés podría ser investido presidente pero tendría un Ejecutivo en minoría y sometido a los apoyos puntuales que pudiera obtener de otras fuerzas políticas. Algo que ERC intenta evitar a toda costa. Tampoco parece que vayan a aceptar la propuesta del PSC y de En Comú-Podem de pactar un gobierno netamente progresista pero que deje a un lado las veleidades separatistas. Mientras tanto, el COVID-19 sigue destrozando la sanidad, la economía y la sociedad catalanas.