Que ERC se canse de las exigencias de JxCat, decida dar por resuelto el papelito firmado con las otras fuerzas independentistas y acabe formando un tripartito con socialistas y comunes no parece una hipótesis probable a día de hoy. Pero en política todo lo que suma es posible. Y, si no ahora, más adelante. La legislatura se les va a hacer larga a los independentistas si acaban formando gobierno como parece. Muchos verían con buenos ojos la alternativa del tripartito que, a priori, nos traería un Govern más centrado en la gestión que en el procès.
Es cierto que un tripartito, a corto plazo, puede ser un pequeño oasis comparado con un gobierno independentista. Sin embargo, a medio y largo plazo, puede resultar mortal de necesidad para el constitucionalismo en Cataluña.
Un tripartito, a corto plazo, puede ser un pequeño oasis comparado con un gobierno independentista
Para la gestión de la pandemia da igual que gobiernen unos u otros. Ya está suficientemente acreditado que las olas siguen su curso ajenas en lo fundamental a las medidas destinadas a aparentar que se hace algo para evitarlas. Probablemente, la vacunación resolverá, al menos relativamente, el problema. Y eso, más o menos, se hará con una eficiencia manifiestamente mejorable, gobierne quién gobierne.
En cuanto a la distribución de los fondos europeos, el otro gran tema, se puede anticipar sin riesgo de error que irá a parar a consultoras, grandes empresas y al clientelismo habitual. Mejor que el gobierno sea más plural pero para la población en general, otra cosa es para los intereses de los partidos, tampoco cabe esperar grandes diferencias.
La confrontación entre la derecha y la izquierda pudo más que un acuerdo estratégico sobre Cataluña
En cambio, para el combate de fondo contra el independentismo, que ha de ser básicamente ideológico, y es donde nos jugamos el futuro de Cataluña, el papel del PSC en general, y de Salvador Illa en particular, puede ser mucho más beneficioso en la oposición que en el Govern.
Ya vimos que el gobierno Montilla no sólo no frenó el control de la escuela y los medios por parte del nacionalismo, sino que, al contrario, su mala gestión de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut sirvió para acrecentar el victimismo y legitimarlo con la declaración conjunta de los medios de comunicación – con el titulo de Por la dignidad de Cataluña– y con la manifestación encabezada por Montilla de la que tuvo que salir protegido. Si los socialistas se indignan, será que el nacionalismo tiene razón, fue el mensaje implícito. Como siempre, la confrontación entre la derecha y la izquierda pudo más que un acuerdo estratégico sobre Cataluña.
Me parece mejor que el independentismo siga desgastándose con un gobierno débil y una oposición fuerte liderada por Salvador Illa
La guerra abierta entre ERC y Junts, y la evidencia que la independencia no esta a tocar, están desmovilizando al independentismo. Un tripartito de izquierdas maniataría a socialistas y comunes ahora que parece que han empezado a superar los complejos frente al nacionalismo. Sobre todo porque no es de esperar que ERC permitiera que los socialistas mandaran en la CCMA, ni pusieran fin al control nacionalista de la escuela. Ello podría agravarse si hubiera un cambio de gobierno central en las próximas generales. Un gobierno de centro derecha en el gobierno central y un tripartito en Cataluña es, sin duda, la peor combinación posible para los intereses constitucionalistas de revertir la mayoría independentista.
Por tanto, me parece mejor que el independentismo siga desgastándose con un gobierno débil y una oposición fuerte liderada por Illa que pueda presentarse con opciones de conseguir una mayoría alternativa a la independentista en las próximas autonómicas que, presumiblemente, no tardarán cuatro años en celebrarse. Para un cambio de gobierno, no basta con el PSC. Es necesario que el centro y el centro-derecha constitucionalista se recompongan después del descalabro del 14F. Serán necesarios acuerdos, altura de miras, falta de sectarismo partidista y la mayor transversalidad posible, incorporando al catalanismo no independentista, para presentar una oferta que supere los bloques identitarios. Difícil pero no imposible.
«El vot de Lleida val gairebé dues vegades i mitja que a Santa Coloma de Gramenet»
N.B. TENÉIS UN 26% DEL CENSO (UNA PERSONA UN VOTO)EN LAS «PLEBISCITARIAS» DEL 14-F
El no independentismo tiene el 24% del censo. Por lo tanto, el independentismo es mayoritario