El Banco de España (BdE) publicó el 23 de marzo un informe con las proyecciones para la economía española en 2021-2023. Como viene siendo habitual desde mediados de 2020, el BdE presenta tres escenarios que denomina suave, central y severo cuya diferencia fundamental radica en cuándo se logrará controlar la epidemia y el pulso de la actividad económica podrá latir con cierta normalidad. Las cifras adelantadas sitúan la variación intertrimestral del PIB en el primer trimestre de 2021 en +0,4% en el escenario más benigno, -0,4% en el escenario central, y -0,9% en el peor escenario. El informe incluye un gráfico que permite seguir la favorable evolución del PIB en los siguientes trimestres y un cuadro que sitúa la variación anual del PIB en 2021 en 7,5%, 6,0% y 3,2%, en los tres escenarios mencionados.
Esta incipiente recuperación es una buena noticia para una economía seriamente tocada tras un 2020 en que el PIB, según el Instituto Nacional de Estadística, cayó 10,96% (10,84% tras la revisión publicada el 26 de marzo), la recesión más severa registrada desde la Guerra Civil. Pero incluso de confirmarse la recuperación anticipada por el BdE en 2021, 2022 y 2023 queda mucho camino por delante hasta recuperar el terreno perdido. En el escenario más benigno, el PIB no alcanzaría el valor que tenía en el cuarto trimestre de 2019 hasta el segundo trimestre de 2022; en el escenario central, hasta el segundo trimestre de 2023; y en el escenario severo, el PIB en el cuarto trimestre de 2023 estaría todavía 4% por debajo del nivel en el cuarto trimestre de 2019.
Las preguntas que plantean estos escenarios son más que inquietantes, especialmente habida cuenta de la pésima gestión sanitaria y económica realizada
Las preguntas que plantean estos escenarios son más que inquietantes, especialmente habida cuenta de la pésima gestión sanitaria y económica realizada por el gobierno de España, en manos de ‘podemitas’ y ‘rufianes’, y la parsimonia burocrática y falta de visión de las instituciones de la UE para adoptar medidas contundentes y eficaces para darle la vuelta a la Recesión Epidémica
¿Cuántas empresas resistirán los malos tiempos que en, el mejor de los escenarios, se prolongará varios trimestres y cuántas se verán obligadas a cerrar sus puertas? ¿Cuántos empleos se perderán y cómo afectará ello al consumo de las familias, a los ingresos de la Tesorería de la Seguridad Social y al gasto en prestaciones sociales? ¿Cuántos parados, especialmente jóvenes, verán deteriorarse sus perspectivas de encontrar empleo y cómo afectará a la convivencia la falta de perspectivas para desarrollar una carrera profesional? ¿Cuánto tiempo podrá el Estado seguir financiando sus déficits aumentando la deuda pública si el BCE reduce sus compras y se produce un repunte de tipos que eleva la carga de intereses? Estas son las preguntas acuciantes para tantos españoles, incluso para quienes no se ocupan profesionalmente de estas cuestiones, pero padecen sus consecuencias.
Para ganar este partido decisivo en 2021 resulta indispensable que los gobiernos nacionales y las instituciones europeas se fijen objetivos claros
Seamos, por una vez, serios y cojamos el toro por los cuernos en lugar de entretenernos en interminables reuniones infructuosas para alcanzar acuerdos que quedan empantanados en el limbo de luchas partidistas y laberintos burocráticos. Para ganar este partido decisivo en 2021 resulta indispensable que los gobiernos nacionales y las instituciones europeas se fijen unos objetivos claros y precisos, y desplieguen todo el poder de la política fiscal para alcanzarlos.
No tengo ninguna duda de que para revertir la gravísima situación económica en que se encuentran España y otros países de la UE, hay que completar el proceso de vacunación lo antes posible y hay que estimular la demanda agregada, reduciendo impuestos y aumentando transferencias, para estimular el consumo y la inversión. ¿A qué esperan los líderes europeos? ¿Cómo pueden seguir haciendo el paripé mientras miles de ciudadanos mueren cada día y las economías se debilitan?
¿Cómo pueden seguir haciendo el paripé mientras miles de ciudadanos mueren cada día y las economías se debilitan?
La tarea sobrepasa la capacidad de muchos gobiernos nacionales, no digamos ya los regionales, y desde luego excede la del gobierno de España. Se precisa movilizar los recursos de la UE, no con el fin de reducir un 40% las emisiones de CO2,, impulsar un 32% las energías renovables y un 32,5% la eficiencia energética al final de esta década, por muy loables que sean estos objetivos, sino para para evitar que la Recesión Epidémica se prolongue tres o cuatro años más, como ocurrió en 2010-2013 con la Gran Recesión.
¿Para cuándo tendremos un plan detallado y viable para que los ciudadanos de la UE estén vacunados antes de que comience el verano? ¿Cuántos muertos más van a sumar en su debe ya muy pesado Merkel, Macron y Sánchez, por citar tres líderes europeos que han estado al frente de la crisis sanitaria desde sus inicios? ¿Para cuándo un plan verde o colorado, me da igual, que proporcione ayudas a las empresas y familias afectadas por la Recesión Epidémica?
En sendos artículos, “Desbarajuste estadístico y la respuesta de la UE al Covid-19” (El Liberal, 1 de noviembre de 2020) y “Migraciones, pobreza y prioridades de la UE” (El Liberal, 21 noviembre de 2020), denuncié hace cinco meses ya la ausencia de prioridades y la falta de recursos para hacer frente a la Recesión Epidémica en la UE. Poco ha cambiado la situación desde entonces. El gobierno de Estados Unidos fue también incapaz durante la presidencia de Trump de mantener una estrategia eficaz para contener la epidemia, convencido como estaba el Presidente estadounidense de que el asunto estaría resuelto antes de la Semana Santa de 2020. No fue así y de momento, Estados Unidos acumula 30,7 millones de infectados y 560.000 fallecidos. Un récord deplorable, aunque la UE no le va ni mucho menos a la zaga.
EEUU ha seguido una decidida política de vacunación, la única alternativa efectiva para detener la sangría humana y económica
Pero desde que empezaron a estar disponibles las vacunas el 14 de diciembre, Estados Unidos ha seguido una decidida política de vacunación, la única alternativa efectiva con que cuentan los países desarrollados para detener la sangría humana y económica. Los últimos datos disponibles indican que se han administrado 136,7 millones de dosis y que el 27,0% de la población ha recibido ya una dosis y el 14,7% han recibido las dosis prescritas y pueden considerarse vacunados a todos los efectos. El objetivo de Biden es que todos los estadounidenses hayan recibido al menos una dosis antes del verano. A 26 de marzo, esos porcentajes son en España 5,3% y 1,5%, respectivamente. Muchos españoles seguirán el camino de quienes ya han pasado a mejor vida por culpa de un gobierno mendaz e incompetente.
Asimismo, la diferencia en materia de política fiscal entre Estados Unidos y la UE ha sido abismal. Pese a las aceradas disputas partidistas entre demócratas y republicanos en el Capitolio, Trump y Biden han aprobado varias medidas de calado. El 6 de marzo de 2020, Trump aprobó una primera ley (Coronavirus Preparedness and Response Supplemental Appropriations Act H.R. -6074) por importe de 8.300 millones de dólares y el 18 de marzo otra nueva norma ( Families First Coronavirus Response Act) por un importe de 104.000 millones dólares. Pocos días después, el 27 de marzo, se aprobó otra norma de mayor calado (Coronavirus Aid, Relief, and Economic Security (CARES)) por importe de 2,2 billones de dólares. Un mes después, 2l 24 de abril, se aprobó una nueva norma (Paycheck Protection Program and Health Care Enhancement Act) por importe de 484.000 millones dólares. Finalmente, el 27 de diciembre de 2020 con Trump ya a punto de dejar la Casa Blanca, el presidente firmó otra disposición (Covid-19 Economic Relief Bill) por importe de 900.000 millones. Y el pasado 11 de marzo, ya con Biden ejerciendo de presidente, se aprobó otra ley (Coronavirus Response and Relief Supplemental Apropiations Act 2021) con nuevos estímulos por importe de 1,9 billones de dólares.
Comparen estas magnitudes con los escuálidos 672.500 millones de euros en préstamos y subvenciones que contempla el Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia
Estos programas incluyen ayudas directas a los ciudadanos, extensión de la cobertura a desempleados y ayudas para preservar empleos, subvenciones y préstamos a las pequeñas empresas y a los sectores especialmente golpeados por el Covid-19 y generosas ayudas a los Estados para afrontar la crisis sanitaria y económica. Comparen estas magnitudes con los escuálidos 672.500 millones de euros en préstamos y subvenciones que contempla el Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia aprobado en el Consejo de la UE celebrado del 21 de julio de 2020.
No les quepa ninguna duda: Estados Unidos saldrá mucho antes de la Recesión Epidémica que la UE. Por cierto, que estaría bien que nos digan si ha llegado (o va a llegar) algún euro del fondo de la UE a su destino, o si Bruselas está todavía dilucidando cómo implementar el cacareado plan de “recuperación y resiliencia”. Mejor que Dios nos coja confesados a los ciudadanos europeos porque ni los gobiernos nacionales ni las instituciones de la UE parecen haberse enterado todavía de que el Coronavirus mata y las costuras de las economías difícilmente pueden aguantar más de unos pocos trimestres en recesión.
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