En los últimos días, diferentes declaraciones del líder del PP en Barcelona, Josep Bou, pusieron de manifiesto la brecha abierta entre el empresario y la cúpula del partido conservador. Sin ir más lejos, el viernes pasado, en una entrevista en Betevé, Bou no descarto presentarse como alcaldable de «cualquier partido constitucionalista», incluyendo a Vox. Y es que, a juicio de Bou, la formación ultra de Santiago Abascal, sería constitucionalistas porque «acata las leyes, la monarquía y la constitución».
Asimismo, el empresario había venido quejándose de lo que consideraba una menosprecio por parte del PP catalán hacia su persona. Entre otras cosas, lamentó que no se le hubiera informado de distintos actos públicos del partido y que en algunos mitines no se le invitase, dejando la silla vacía con su nombre en la grada.
Una llamada telefónica que no llegaba
Sin embargo, según informa el diario Nació Digital, la crisis abierta entre Bou y el resto del partido —principalmente, con el también regidor Óscar Ramírez—, se habría resuelto y las aguas habrían vuelto a su cauce —salvo sorpresas de última hora—. Desde el entorno de Bou se ha explicado que éste llevaba días esperando a que la dirección del partido se pusiera en contacto con él para abordar el conflicto, cuya intensidad había crecido en los últimos días. Por lo que parece, al final la llamada se produjo. Por su parte, Bou también habría dado pasos para sofocar el incendio.
Lo cierto es que una ruptura entre Bou y los populares haría supuesto un duro golpe para la formación conservadora. Cabe recordar que el PP catalán atraviesa un momento difícil en Cataluña después de las elecciones del pasado 14 de febrero, que dejaron a los populares con solo tres diputados en el Parlament —tenían cuatro— mientras la ultraderecha de Vox obtenía once asientos.