Unidas Podemos parece buscar su particular efecto Illa para las elecciones de la Comunidad de Madrid. Así, el líder del partido y vicepresidente segundo del Gobierno central, Pablo Iglesias, ha anunciado este lunes que abandona todas sus responsabilidades en el Ejecutivo presidido por el socialista Pedro Sánchez para liderar la candidatura, a ser posible en coalición con Más Madrid, para las elecciones de la Comunidad de Madrid, que se celebrarán el próximo 4 de mayo. Su sustituta en la vicepresidencia segunda, si lo acepta Sánchez, será la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, mientras que sus competencias en Asuntos Sociales podrían ser gestionadas por su pareja y titular de Igualdad, Irene Montero. Ione Belarra asumiría la cartera de Derechos Sociales.
En un vídeo publicado en redes sociales, Iglesias ha anunciado su decisión justo en el aniversario del 15-M y lo ha hecho asegurando que su objetivo es frenar a la ultraderecha de Vox y a la «derecha trumpista» de la popular Isabel Díaz Ayuso. «Es imprescindible», ha dicho, «hacer frente a esa derecha criminal». Una derecha que, ha asegurado, amenaza a la democracia y «está bien situada en el estado profundo» e «impulsada por enormes poderes económicos y mediáticos».
Fuera de la Asamblea
Las encuestas de los últimos días auguraban que Unidas Podemos quedaría fuera de la Asamblea de Madrid al no lograr el 5% de votos que el Estatuto de esta comunidad fija como necesarios para poder acceder al parlamento autonómico. De ahí la importancia del golpe dado sobre la mesa por parte de Pablo Iglesias. El líder de Unidas Podemos, sin embargo, es consciente de que será difícil si no cuenta con el apoyo de Más Madrid e Íñigo Errejón. A estos les ha pedido dejar atrás el pasado y concurrir junto a Unidas Podemos a unos comicios cuyos resultados no solo afectarán a Madrid, sino al conjunto de España, según ha dicho el aún vicepresidente segundo.
«El 4 de mayo se decide si la ultraderecha consuma su asalto a Madrid», ha advertido el aún vicepresidente, «o si les paramos». Iglesias ha acusado a Vox y al PP de, entre otras cosas, «reivindicar la dictadura» o hacer «apología del terrorismo de Estado«. Y ha asegurado que «a la derecha no se la frena con partidos de tránsfugas, sino con un candidato fuerte y con carácter».