Aunque la polémica en torno a la exclusión del castellano en la escuela haya alcanzado su apogeo en los últimos años —sobre todo, desde la irrupción de Ciudadanos en el Parlament—, la reacción de parte de la sociedad ante el monolingüismo vehicular en Cataluña no es nueva, sino que empezó prácticamente al mismo tiempo que la inmersión lingüística. No en vano, hoy se cumplen 40 años del manifiesto Por la igualdad de derechos lingüísticos en Cataluña, publicado el 12 de marzo de 1981 y también conocido como el Manifiesto de los 2.300. El texto es recordado por haber sido el detonante del atentado de Terra Lliure contra Federico Jiménez Losantos, al que la organización terrorista secuestró y pegó un tiro en la pierna.
Con motivo del aniversario, los primeros firmantes de aquel manifiesto —el citado Losantos, Amando de Miguel o Santiago Trancón—, han firmado ahora el llamamiento En defensa de la Nación constitución y de la Igualdad de todos los españoles. Entre los firmantes, figuran destacados miembros de la Universidad, la política y la cultura como Mario Vargas Llosa, Félix de Azúa, Francesc de Carreras, Fernando Savater, Andrés Trapiello, Félix Ovejero, Carlos Jiménez Villarejo, Gabriel Tortella, Arcadi Espada, Albert Boadella, Juan Claudio de Ramón o Julio Valdeón.
Un vaticinio cumplido
El manifiesto —promovido por la entidad constitucionalista Impulso Ciudadano y que puede firmarse en este enlace—, señala que cuatro décadas después, el Manifiesto de los 2.300 sigue vigente. «No solo por la continuada validez de su diagnóstico, sino por haberse cumplido su vaticinio sobre el empeoramiento de la convivencia y las graves consecuencias que la política iniciada por la Generalidad iba a producir en la sociedad catalana y en el conjunto de España», detalla el documento.
«Ante la confusión y perplejidad en que se encuentran millones de españoles, queremos asumir un compromiso público y político en defensa del orden democrático y de la Constitución», explican los firmantes. Siendo así, piden a «todos cuantos tienen algún poder, influencia y responsabilidad social, que dejen de lado sus cálculos y sus intereses, sus engaños y equidistancias, para encarar unidos y con valentía la gravedad del actual momento histórico», añaden. Finalmente, tras aclarar que defender España es defender el «bien común» porque es la garantía de nuestros derechos y libertades, el texto pide «a todos los ciudadanos que no se dejen llevar por el miedo, la resignación o el pesimismo, y que adopten una actitud decidida en defensa del orden constitucional contra quienes quieren destruirlo».