Una vez más, la distinta forma de hacer política entre los gobiernos de Cataluña y Madrid queda en evidencia. Hasta ahora, la política de restricciones en relación a la pandemia era una de las principales diferencias —Madrid ha apostado por conciliar economía y seguridad permitiendo horarios más laxos a los comercios mientras Cataluña ha decidido priorizar la salud restringiendo la libertad comercial—. Sin embargo, en esta ocasión, la brecha se ha manifestado en torno a las marchas del 8-M: mientras Madrid las prohibirá, Cataluña las permitirá.
En Madrid, la Delegación del Gobierno comunicó ayer que se vetan todas las manifestaciones convocadas en la comunidad entre los días 7 y 8 de marzo. La decisión se ha tomado tras estudiar «detalladamente» los recorridos, duración y previsión de asistencia, que se prevé multitudinaria. El delegado del Gobierno, José Manuel Franco, adujo que, teniendo en cuenta el número de peticiones recibidas, se hubieran concentrado más de 60.000 personas, sin contar las que acudieran sin registrarse. De esta manera, se han prohibido las marchas «por responsabilidad, seriedad y sentido común» y en función de «criterios objetivos». Ello no obsta para que Franco animase a los convocantes a «demostrar sus justas y legítimas reivindicaciones» de otras formas más seguras.
Vergés cree que los manifestantes seguirán las restricciones
Por su parte, la Generalitat da vía libre a todas las manifestaciones propuestas para el próximo lunes, si bien ha recordado que tendrán que seguirse de forma «escrupulosa» las medidas preventivas. Y es que para el conseller de Interior, Miquel Sàmper, y la de Salut, Alba Vergés, «el derecho de manifestación debe prevalecer». Por otro lado, Vergés aseguró estar persuadida de que los actos se celebrarán con todas las garantías.
Finalmente, los consejeros informaron de que han recibido ya más de cincuenta solicitudes para concentraciones feministas para el 8 de marzo, así como para el día anterior: el 7. Sàmper explicó que el principal criterio para permitir los actos ha sido que se cumplan las limitaciones de aforo. En Barcelona, por ejemplo, en la manifestación que se llevará a cabo en Paseo de Gracia podrán participar hasta 3.500 personas.