Desde su irrupción en Barcelona, tanto los partidos separatistas como la nueva izquierda catalana han tratado de situar al líder de Barcelona pel Canvi y exministro socialista francés Manuel Valls en la derecha e, incluso, en la ultraderecha. Así, se ha insistido con frecuencia en su rotunda oposición al nacionalismo catalán —que en el mundo secesionista se emparenta con el nacionalismo español— o su papel en la deportación de un campamento gitano cuando era ministro de interior en Francia. Pese a ello, Valls rechaza esas etiquetas y vindica su progresismo. Así lo ha hecho en una reciente entrevista en La Vanguardia, en la que Valls ha confesado haber votado al candidato socialista Salvador Illa porque no «vota conservador».
Dado que su mano derecha en Barcelona pel Canvi, Eva Parera, fue fichada poco antes de los comicios por el PP catalán —puesto que compatibiliza con su labor como concejal en el Ayumiento de Barcelona con Valls—, el entrevistador le pregunta a éste si había votado por ella el 14-F. Y ésta es su respuesta: «No. Como muchos catalanes me lo pensé mucho, veo todas las contradicciones. Estoy muy triste por lo que ha pasado con Cs, se equivocaron. El PP ha tratado de abrirse a personalidades como Roldán, como Eva, pero nunca he votado conservador». Acto seguido, Valls aclara el sentido de su voto: «Después de pensarlo mucho voté a Salvador Illa, a pesar de las ambigüedades durante el procés del PSC, a pesar del alto precio que estamos pagando por su coalición de gobierno con Podemos, y de lo insufrible de sus cesiones a Bildu y a ERC. Pero su discurso era la única alternativa al independentismo».
«No se puede pactar con Vox»
Su distanciamiento del conservadurismo también se transparenta en sus duras críticas a la ultraderecha de Vox. «No se puede pactar con Vox. No es una escisión del PP, es un partido nacional-populista, que quiere transformar el Estado de las autonomías, que no tiene la misma concepción de los valores europeos, que tiene un discurso antiinmigración y antimusulmán que me parece peligroso para la convivencia». Asimismo, también se muestra crítico con la relación de la izquierda con la formación ultra: «La izquierda no tiene que jugar tampoco con Vox. Se ve demasiado que le va bien que crezca a costa del PP».
Finalmente, Valls exhibe su incomodidad con la complacencia con la que cierta izquierda ha abordado los delitos perpetrados por el rapero Pablo Hasel, así como la violencia desatada tras su detención. «A lo mejor soy muy francés, pero me ha indignado ver cómo se defiende a un rapero que alaba el terrorismo, el yihadismo, que amenaza, que agredió a un periodista, y la idea de que tenemos que cambiar la ley para que este tipo de persona no vaya a la cárcel». En este sentido, recuerda que en «Alemania o en Francia, que son grandes democracias, por esos actos se va a la cárcel. Y la persona que el otro día hacía un discurso antisemita, en Francia la condenan, no son opiniones, es un delito de odio.». Por ello, lamenta que parte de la izquierda, por «buenismo», caiga en esta trampa.
