Había cierta expectación por conocer qué posición adoptaría la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, antes los altercados que tuvieron ayer en Barcelona —y en otras partes de Cataluña— a raíz de la detención del rapero Pablo Hasél por enaltecimiento del terrorismo. Como es sabido, Colau se había manifestado en contra el ingreso en prisión de Hásel y las coordenadas ideológicas de los manifestantes son en parte concomitantes con las suyas. Sin embargo, la alcaldesa no ha dudado en condenar los incidentes ocurridos durante las protestas: «La violencia no es el camino, los altercados no servirán para que salga de la cárcel, y por lo tanto no están justificados».
No obstante, ha sostenido que la mayor parte de las manifestaciones fueron pacíficas y que obedecían a la «indignación general, compartida, de hechos muy graves ocurridos con Hasél», ante lo que ha pedido una respuesta política para garantizar el ejercicio de la libertad de expresión.
Aboga por la reforma del Código Penal
En este sentido, ha asegurado que esta cuestión «va mucho más allá de Hasél», razón por la que Podemos —ha destacado— ha impulsado una reforma del Código Penal, ya en trámite, para despenalizar delitos relacionados con el ejercicio de la libertad de expresión.
A este respecto, y en el escenario de la crisis del Covid-19, ha instado a los partidos a dar una respuesta social a la crisis «generalizada y al hecho grave de vulneración de la libertad de expresión». Finalmente, preguntada por la convocatoria de más protestas este miércoles, ha subrayado que las manifestaciones no son un problema: «Pero sí quiero pedir que no se recurra a la quema de contenedores, y menos en una situación de crisis».