El aumento de las comisiones de las entidades financieras de forma unilateral es una queja recurrente de los consumidores, en especial en un momento en que muchos pasan apuros y en que los bancos cada vez prestan menos servicios dado que el consumidor ha de buscarse la vida on-line haciendo las labores que antaño realizaban los empleados bancarios.
No obstante, a la luz de los resultados del cuarto trimestre de 2020 presentados estos días por las entidades financieros podemos constatar un comportamiento desigual entre las principales entidades financieras españolas.
En el Santander las comisiones netas representaron el 22,48% de su margen bruto y disminuyeron un 17% respecto al 4º trimestre de 2019. En el BBVA se produjo una caída del 9% y su peso en el margen bruto fue del 22,44% idéntico al del Santander.
En el Banco Sabadell también disminuyeron las comisiones en un 6% y su peso en el margen bruto fue del 27,73%.
Por contra en el caso de CaixaBank las comisiones crecieron un 4% respecto al 4º trimestre 2019 y representaron un 31,22% del margen bruto. Más llamativo aún es el crecimiento de un 17% en el caso de Bankia y el hecho que las comisiones representarán el 48,05 del margen bruto. Muy agresiva debe ser la política comisionista para crecer cuando otras entidades reducen su cuantía. Al margen de lo cuestionable de esa política de incremento de comisiones en las actuales circunstancias, la dependencia excesiva de las comisiones no es un buen indicador de futuro.
Sin duda el nuevo CaixaBank que surge de la fusión podrá ostentar el título de rey de las comisiones.