Mientras la nueva izquierda suele defender tesis concomitantes con el nacionalismo catalán en la cuestión territorial, la vieja guardia progresista no pierde ocasión de manifestar su rechazo ante un movimiento que entiende incompatible con los principios clásicos de la izquierda. Si hace un par de meses, el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra denunció en Televisión Española el «arrinconamiento» del castellano en Cataluña y el «autoritarismo» de la Generalitat, hoy ha sido Felipe González el que ha cargado con dureza contra el secesionismo autóctono, al que ha equiparado con el trumpismo.
En una entrevista en la cadena SER esta mañana, el expresidente del Gobierno, después de aludir al auge de los populismos en todo el mundo, ha aseverado que el separatismo es anterior a los «esquemas trumpistas», pero que ambos se sitúan en un territorio similar al valerse de una «interpretación falsa de la historia». «El problema es lo que llamamos las fake news, los hechos alternativos, la realidad que no todos siguen, así es como se construye un nacionalismo excluyente», ha manifestado González, para el que los separatistas falsearon la historia y buscaron un «enemigo al que culpar de su fracaso».
A este respecto, ha matizado que esta conducta no solo característica de los secesionistas catalanes, sino que «se ha oído en todas las versiones imaginables en muchos países». «Todos los populismos y nacionalismo llevan a cabo políticas excluyentes», ha recordado.
«Dolor» y «vergüenza ajena» con Iglesias
El exdirigente socialista también ha tenido palabras muy duras contra el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, por haber comparado al expresident y fugado de la Justicia Carles Puigdemont con los «exiliados del franquismo». Tales declaraciones le han despertado «dos sentimientos». Por una parte, «dolor, por el terrible exilio español como consecuencia del golpe de Estado y la guerra civil» y, por otra parte, «vergüenza, vergüenza ajena».
Finalmente, con respecto a los comicios catalanes previstos para el próximo 14 de febrero, los ha considerado como «inevitables» en esa fecha, por lo que ha abogado por mantenerla. En este sentido, ha recordado los plazos para decidir que las elecciones se celebrasen en otro momento ya habían cumplido y ha tachado de «impresentable» el decreto del Govern que suspendía los comicios sin aclarar la fecha alternativa.