Las tornas han cambiado en la ciudad francesa de Perpiñán. De estar gobernada por el alcalde afín el separatismo catalán Jean Marc Pujol —dirigente que recibió a Quim Torra en 2018 con un lazo amarillo y llegó a pedir la libertad de los políticos catalanes presos—, desde el pasado verano lo está por el ultraderechista Louis Aliot, perteneciente a Reagrupamiento Nacional —antes Frente Nacional—, expareja de Marine Le Pen y muy alejado de las tesis nacionalistas catalanas.
Así, en una entrevista publicada hoy en La Vanguardia, Aliot señala que, aunque mantiene buena relación con el Consulado de España, no tiene «ninguna relación con la señora Colau, ni de cerca de ni de lejos», ni tampoco con el «señor Puigdemont». Este vacío es interpretado por Aliot como un gesto de desdén. «Podría decirse que es un desprecio al sufragio universal. Ganamos las elecciones y no hicimos ningún acto de hostilidad contra nadie. Eso demuestra que en la ideología independentista-catalanista hay una parte no insignificante de sectarismo político», denuncia.
Perpiñán, ciudad francesa
En cuanto a la catalanidad de Perpiñán, Aliot la reduce a un aspecto cultural y a «un poco de folclore, todo hay que decirlo». Y es que, según Aliot, Perpiñan tiene una cultura «catalana y rosellonesa» pero es una «ciudad francesa». «Esto no choca a nadie», aclara.
Por otro lado, Aliot tiene claro que no quiere importar los problemas políticos de Cataluña a su ciudad. «Puigdemont viene, o venía, a Perpiñán como a una base de retaguardia. Ahora han decidido comprar la casa de Macià en Prats de Molló. Así que quieren desplazar su centro de vida cultural y política a Prats de Molló y también a Perpiñán. No es mi problema», advierte. Y puntualiza: «Como alcalde de Perpiñán, la legalidad es el Estado español y la Generalitat de Cataluña. Espero que nadie venga a exportar este debate [separatista] a Perpiñán, ciudad francesa».