Desde el inicio de la pandemia, los delincuentes se las han ingeniado para llevar a cabo sus actos. Primero fueron las visitas médicas a domicilio para aprovechar para sustraer objetos y ahora la venta de vacunas falsas del COVID-19. Así lo ha indicado el subinspector del Área Técnica de Proximidad y de Atención al Ciudadano, Sergi Martínez, que en declaraciones a los medios, ha explicado que los presuntos estafadores «aprovechan el momento oportuno para hacer este tipo de estafas, y normalmente actúan mediante una llamada telefónica, y sus víctimas generalmente son residencias de gente mayor o gente vulnerable«.
En el caso de las residencias, los estafadores llaman previamente para conseguir la máxima información sobre quién es el responsable o el horario del responsable, y ha explicado que cuando los presuntos estafadores saben que el responsable no está, «llaman haciéndose pasar por la Conselleria de Salud y dicen que tienen pendiente una entrega urgente en la residencia y obligan a hacer un pago rápido mediante transferencia o amenazan con una sanción».
Presionan pidiendo una transferencia urgente
Ha asegurado que los presuntos estafadores «presionan a las personas que les han descolgado el teléfono pidiendo una transferencia bancaria urgente», y ha explicado que la mayoría de estafas no se han producido, pero sí que se ha llegado a estafar a una residencia de Esplugues de Llobregat que ha pagado 400 euros.
El conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Sàmper, en una rueda de prensa conjunta este jueves con la consellera de Salud, Alba Vergés, ha explicado que ha habido otro intento de estafa en una residencia del barrio de Horta.
En las declaraciones, Sergi Martínez ha aconsejado: «Cuando se reciba una llamada telefónica sospechosa, recomendamos no precipitarnos y buscar al responsable de la residencia para saber cómo actuar», y ha explicado que las llamadas telefónicas y las transferencias bancarias son las formas más rápidas y más seguras para ocultar la identidad del estafador y robar dinero, pero ha asegurado que las vacunas son gratuitas y las residencias no tienen que pagar por ellas.
En domicilios de personas mayores
En otros casos, ha explicado que los presuntos estafadores aprovechan la vulnerabilidad de las personas mayores y se personan en sus domicilios «con la excusa de suministrar vacunas contra el COVID-19 y acceden a sus domicilios para cobrar las vacunas falsas o incluso para hacer hurtos dentro del inmueble», y ha recomendado que se avise a las personas mayores para que no abran las puertas de sus casas a supuestos trabajadores de la Conselleria de Salud sin previo aviso.
Ha finalizado explicando que los presuntos estafadores intentan no superar el coste de la vacuna de 400 euros, y ha remarcado que «aunque no se sea víctima de estas estafas, es muy importante divulgar la información para que la sociedad esté avisada y así los Mossos podrán desarticular estos grupos de estafadores».