La exclusión del castellano como lengua vehicular en la ley Celaá pactada por el Gobierno y Esquerra Republicana ha levantado un revuelo que está lejos de desaparecer. Las críticas se suceden desde diversos frentes. Ayer, por ejemplo, conocíamos que casi un centenar de escritores firmaban un manifiesto contra lo que consideran un atropello al español en el ámbito educativo. Otro muestra de rechazo a la ley, sostenida también con argumentos elaborados, se pudo escuchar anoche en el canal autonómico de Castilla y León, donde el profesor de filosofía y columnista de The Objective, Miguel Ángel Quintana Paz —entrevistado en Elliberal.cat el pasado verano— rebatió con contundencia los argumentos esgrimidos por la secretaria de Educación del PSOE y portavoz en el Congreso, María Luz Martínez Seijo, a favor de la supresión del castellano.
El enfrentamiento dialéctico tuvo lugar en el programa Cuestión de prioridades, espacio en el que la diputada del PSOE estaba siendo entrevistada. Después de que Martínez Seijo defendiera la exclusión del castellano en la norma, Quintana Paz se dirigió a ella en su turno de palabra y la felicitó irónicamente por su habilidad a la hora de manipular el lenguaje. «Quería felicitarla porque lo que nos ha mostrado es un buen ejercicio de uso manipulador del lenguaje. Por ejemplo, ustedes, al acceder a la exigencia de Esquerra Republicana para que la lengua vehicular en Cataluña dejase de ser el castellano, aseguran que han practicado la escucha activa. Sin embargo, no han practicado ese tipo de escucha con la comunidad educativa, cuyas peticiones sí califican de exigencias. Esto es una manipulación obvia», razonó el profesor.
«Los derechos no son de las lenguas, sino de los ciudadanos»
«Usted también ha hablado de los derechos del castellano o de las lenguas cooficiales», prosiguió Quintana Paz, «pero las lenguas no tienen derechos, los que tienen derechos son los ciudadanos. Y un ciudadano catalán, gracias a ustedes, no tiene derecho a tener como lengua vehicular el castellano». Asimismo, también criticó que la diputada socialista llegase a hablar de «derechos de las Administraciones», unos derechos que juzgó «absolutamente desconocidos». Finalmente, el filósofo remachó su intervención dirigiéndole a la diputada esta pregunta: «¿Usted cree que la ley dotará de competencias suficientes a los alumnos como para detectar manipulaciones como las que usted nos ha mostrado?».