La Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND) aceptó el miércoles una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para eliminar el cannabis y su resina de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961 debido a sus propiedades medicinales, aunque el consumo recreativo seguirá prohibido en la normativa internacional.
La votación realizada en Viena, que obtuvo una mayoría simple con 27 votos a favor, una abstención y 25 votos en contra, podría tener implicaciones de gran alcance para la industria mundial del cannabis medicinal, que van desde la supervisión regulatoria hasta la investigación científica de la planta y su uso como medicamento.
Hasta ahora, la investigación médica con cannabis era posible de forma limitada, ya que la inclusión en la Lista IV actuaba como freno debido a las restricciones y la inseguridad jurídica por los diferentes criterios aplicados en cada país. Aun así, varios estudios han mostrado resultados prometedores en el tratamiento del párkinson, la esclerosis, la epilepsia, el dolor crónico y el cáncer.
60 años en la categoría de drogas más peligrosas
La decisión se produce unos 60 años después de que el cannabis se incluyera en la categoría de drogas más peligrosas de la Convención Única de 1961, uno de los tres tratados del sistema internacional de control de drogas. Las recomendaciones de la OMS sobre el cannabis se realizaron por primera vez en enero de 2019, como parte de un paquete de seis propuestas relacionadas con el cannabis.
La votación estuvo precedida de un enorme debate y varios aplazamientos en los últimos dos años debido a las diferencias entre aquellos Estados a favor del cambio y los que demandaban mantener el statu quo. Los países de la UE -excepto Hungría- junto a otros como Argentina, Canadá, Colombia, Estados Unidos, México, Uruguay y Ecuador han respaldado seguir el criterio científico de la OMS.
Los Estados que votaron en contra del cambio -liderados por Rusia, China, Brasil y Pakistán- consideran que relajar ahora el control del cannabis envía el mensaje equivocado en un momento en el que algunos países, como Canadá o Uruguay, han legalizado el uso recreativo de la marihuana, violando tratados internacionales.