La voluntad del nacionalismo más intransigente por suprimir cualquier manifestación en castellano de la vida pública catalana adquiere en ocasiones tintes sorprendentes. Es el caso de lo ocurrido en la localidad de Valls, gobernada por Junts per Valls (JxCat), donde el Ayuntamiento ha lanzado una campaña para que su juventud se dirija insultos en catalán en vez de hacerlo en castellano.
Con ese propósito, el consistorio ha difundido unos carteles en los que se insta a los jóvenes a que no se insulten con vituperios en castellano como «borde», «gilipollas», «pringao» o «pava», sino que lo hagan con dicterios en catalán como «torracollons», «carallot», «matat» o «figaflor». «Si hablas en catalán, utiliza el catalán», informa la campaña.
En un comunicado en su web municipal, los dirigentes de la Concejalía de Educación del municipio desgranan las razones que les han llevado a lanzar esta controvertida iniciativa. «A menudo los adolescentes y los jóvenes recurren al castellano cuando quieren usar expresiones coloquiales y vulgares. Gritos de borde, pringao, pavo/a o gilipollas, que se proclaman en contextos comunicativos informales, sustituyen expresiones tan genuinas como torracollons, matat, figaflor o carallot, respecticamente, que la juventud ha dejado de utilizar por la fuerte influencia del castellano», describen.
Alertan de que el catalán recula en los contextos informales
De este modo, la campaña «quiere poner en evidencia que el catalán también recula en los ámbitos donde los jóvenes se sienten más cómodos, en conversaciones entre amigos y conocidos, renuncia lingüística que se hace aún más evidente cuando uno de los interlocutores habla en otra lengua, que la mayoría de veces acostumbra a ser el castellano».