La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha sido víctima recientemente de la intolerancia lingüística de destacadas figuras del separatismo, que le reprochaban haber usado el castellano en un vídeo en directo en Instagram —la diputada de JxCAT, Aurora Madaula, tachó de «vergüenza» el vídeo mientras que escritor Marius Serra la acusó de condenar el catalán a la extinción—. Sin embargo, las políticas lingüísticas de la alcaldesa al frente del consistorio barcelonés son en gran medida concomitantes con las que practica el nacionalismo catalán. Esto es, excluir sistemáticamente el castellano de las comunicaciones de esta institución.
En este sentido, no sorprende que el Ayuntamiento tenga previsto emitir campañas audiovisuales y actos comunicativos exclusivamente en catalán. Así figura en el pliego que recoge las condiciones para la contratación de proyectos audiovisuales de la Dirección de Comunicación del Ayuntamiento de Barcelona. En dicho documento, se establece que la «agencia productora que se encargue de la preproducción, producción y postproducción de las piezas audiovisuales» de los distintos actos comunicativos deberá utilizar en ellas solamente el catalán y relegar el castellano a los subtítulos, junto al inglés. «La pieza audiovisual irá locutada en catalán y subtitulada separadamente en tres idiomas (catalán, castellano e inglés)», concreta el texto.
Aunque estas condiciones no son una novedad, sí lo es que se hayan mantenido en el último contrato, cuyo anuncio se produjo el pasado 23 de septiembre y adjudicación el 18 de noviembre. Finalmente, la empresa beneficiada ha sido Broadcaster S.L., que contará con un presupuesto de 29.040 euros.
El castellano, excluido también en Twitter y en la cartelería
La exclusión del castellano en la política comunicativa del Ayuntamiento barcelonés no es una novedad. Es sabido, por ejemplo, que los contenidos digitales del consistorio se realizan únicamente en catalán. Es lo que determina el pliego de contratación de estos servicios, que ordena que los tuits del Ayuntamiento se hagan «en catalán y de manera excepcional en castellano e inglés». También han sido objeto de polémica los carteles que se distribuyen en el Gótico para anunciar Consejos de Barrio, que, además del catalán, usan el árabe o el urdú pero evitan el castellano.
En cualquier caso, la controversia lingüística de mayores dimensiones se produjo en noviembre de 2019, cuando el Ayuntamiento difundió un vídeo contra la violencia de genero en el que un par de jóvenes castellanohablantes proferían comentarios machistas ante la indignación de un tercero, casualmente catalanohablante. Pese a la polvareda suscitada, Colau despachó el asunto tildándolo de «fake new» y cargando contra la mala fe de Ciudadanos y la «extrema derecha».
Ciudadanos denuncia la «vulneración de derechos lingüísticos»
Para la portavoz de Ciudadanos en el grupo municipal de Barcelona, Luz Guilarte, el hecho de que el castellano quede relegado a los subtítulos en las piezas audiovisuales representa una nueva «vulneración de los derechos lingüísticos de los barceloneses». «El Gobierno municipal de socialistas y comunes practica la misma exclusión del castellano que la Generalitat, trasladando el mensaje de que existen ciudadanos de primera y de segunda en función de su lengua materna», denuncia Guilarte.
Esta conducta no sorprende a la portavoz naranja, quien recuerda que el consistorio ni siquiera respeta los derechos lingüísticos de la oposición, cuyas intervenciones en castellano son traducidas en las actas al catalán. En definitiva, según Guilarte, «la señora Colau solo trata de manera equitativa al castellano y al catalán cuando se trata de emitir su propaganda electoral».