«¿Conocen ustedes algún país del mundo donde en una parte de su territorio nacional, desde su escuela pública, gratuita y obligatoria, no se les enseñe a sus niños el idioma nacional? Ninguno», con estas declaraciones de Alfonso Guerra en TVE —que han levantado indignación entre los nacionalistas— arranca un manifiesto que, bajo el título La izquierda ante la ‘ley Celaá’, denuncia la exclusión del castellano como lengua vehicular en dicha norma.
La novedad del texto —que se suma a otras muchas reacciones surgidas esta semana contra la polémica enmienda de la nueva ley educativa— radica en que la protesta se emite desde posiciones inequívocamente de izquierda. «Las organizaciones abajo firmantes, todas ellas situadas en el ámbito de la izquierda política, queremos denunciar el intento del Gobierno Español de eliminar de hecho la enseñanza del idioma español de las escuelas públicas catalanas, vascas, gallegas, valencianas y baleares, justificándolo como una operación de cambio de cromos con los grupos independentistas, para que a cambio apoyen los PGE», critica el documento.
La igualdad reside en la oficialidad efectiva de las lenguas
El texto prosigue recordando que la educación «obligatoria, pública y gratuita» fue una conquista de la izquierda española «arrancada a la derecha conservadora» reflejada en la Constitución e inspirada en el concepto de igualdad. Y dicha igualdad, subrayan los firmantes, reside especialmente en el artículo constitucional que reconoce al castellano como lengua oficial de Estado. Sin embargo, lamentan que las leyes orgánicas de educación, que «deberían haber concretado la aplicabilidad en las lenguas del concepto lenguas cooficiales, no lo hicieron; ni bajo los gobiernos del PP, ni de los del PSOE».
«El papel de bisagra de las minorías nacionalistas vasca y catalana, para inclinar gobiernos a la derecha o a la izquierda, convirtió el derecho fundamental de los niños a ser educados en la lengua materna (UNESCO), en una oprobiosa moneda de cambio de los distintos gobiernos», aclara el manifiesto. La consecuencia, relata, es el aumento significativo del fracaso escolar de los niños pertenecientes a las capas populares de la población, «las más desfavorecidas, las que no tienen oportunidad económica de acceso a la educación privada o concertada».
Abogan por un uso igualitario de las lenguas al 50%
Por otra parte, el documento afirma que la cooficialidad lingüística resulta imposible cuando alguna de ellas tenga un trato «desigual o marginal». «Las lenguas serán efectivamente cooficiales cuando la ley establezca su uso igualitario al 50% y despliegue un servicio de inspección en todo el territorio español que vele por su cumplimiento. Justo lo contrario que prevé la ley Celaá que los suprime. Sería lo mismo que promulgar una ley de riesgos laborales y eliminarlos inspectores de trabajo.», sostiene.
Finalmente, los firmantes demandan a los partidos que se «reclaman de izquierdas que rectifiquen ese nefasto proyecto de ley con las enmiendas pertinentes». «De lo contrario», avisan, «auguramos nuestra firme determinación de llamar a la movilización popular para combatir esa tremenda injusticia». El texto ha sido rubricado por Antonio Robles, presidente de DECIDE; Javier Marín, copresidente de Rojos-España; Pedro Fernández, presidente de ACP; Miguel del Amo, presidente de Izquierda en Positivo y Enric Martínez, portavoz de Unidos SÍ.
El ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’, en contra de la inmersión
Al margen de este manifiesto, la ley Celaá ha situado la exclusión del castellano en las escuelas catalanas en el centro del foco mediático. Una de las aportaciones más interesantes la realiza hoy el blog Dolça Cataluña, que recuerda que en un diario tan prestigioso en Alemania como el Frankfurter Allgemeine Zeitung se posicionó el año pasado en contra de la inmersión catalana. En un artículo titulado La lengua de los estúpidos, el rotativo germano denunciaba en 2019 que este sistema es un «caso único en Europa: los separatistas catalanes han impuesto la hegemonía de una lengua y expulsan al español del programa escolar».