Cuando parece imposible empeorar la situación, el gobierno catalán siempre consigue sorprendernos con una nueva muestra de incompetencia.
Un plan para la próxima desescalada, aún no definitivo, fue filtrado a Rac1, presumiblemente desde el ámbito de JxCat, y al día siguiente ERC abandona la reunión del llamado «Comitè Executiu de Crisi per la Covid-19» exigiendo un «pacto de lealtad», algo sorprendente cuando se está gobernando ya en coalición.
Sería un buen momento para dar la legislatura por terminada y convocar elecciones, si no fuera porque esto ya está decidido. A falta de candidato a la presidencia de la Generalitat, el Parlamento se disolverá automáticamente dentro de poco y las elecciones serán, si la pandemia no lo impide, el 14 de febrero. Mientras tanto, el caos.
La pelea de gallos
Sergi Sol, portavoz oficioso de ERC, en el Periódico —La pelea de gallos ajena a la pandemia—, repasa la historia de desencuentros en este gobierno de coalición imposible donde se multiplican las discrepancias: ERC y JxCat no se entienden y ya ni fingen pretenderlo, el PDECat no se deja absorber por JxCat, incluso Torra y Puigdemont discrepaban.
«Vascos y gallegos fueron a las urnas aprovechando la ventana de oportunidad de julio. Torra estaba deseoso, incluso antes, de convocar elecciones. Pero no se atrevió a desairar al ‘president’ Puigdemont que hacía sus cálculos electorales y deseaba alargar la legislatura sine die.»
Y, para redondear el sainete, «entró en escena el ‘conseller’ Tremosa, sustituto de la decapitada Chacón, como elefante en una cacharrería (…) dando guantazos sin ton ni son al vicepresidente Pere Aragonés».
Ceses en Trabajo
Uno de los miembros del gobierno más tocados, el de Trabajo, ha cesado a dos altos cargos, pero aún no hay explicación oficial de lo sucedido, la dará en los próximos días.
El concurso de ayudas a los autónomos parecía una de las causas, pero la fórmula se repite con el reparto de casi 3,7 millones de euros a «profesionales de las artes escénicas, artes visuales, música y audiovisual y otras actividades culturales que hayan sido suspendidas por la crisis sanitaria que lo soliciten por vía telemática (…) a partir de este jueves a las 9 de la mañana». Serán 750 € para 4.930 profesionales.
Falta de respeto
Volviendo a la filtración del plan de desescalada, Sergio Delgado, subdirector de Protección Civil, ha resumido en un tweet la falta de respeto que supone: a los técnicos que elaboran el plan, a los ciudadanos, que «merecen tener certidumbres y no rumores», a las actividades económicas afectadas y a las instituciones.
Vicent Partal no lo duda: No se puede jugar con la gente como lo hace este gobierno, que «no tiene una política comunicativa a la altura de la gravedad de esta crisis». Entiende que ni siquiera haberse «quedado sin presidente en un momento especialmente difícil, gracias al españolismo, (…) justifica el descontrol actual». Se olvida por supuesto de incluir en su denuncia las invocaciones a la independencia con que nos distraen habitualmente.
En cuanto a la filtración en sí, «sólo puede responder a tres razones, cada una más preocupante que la anterior»: «una manera de imponer hechos consumados de alguien contra alguien —si es que hay discusión interna—»; «un globo sonda para ver cómo reacciona la gente ante las medidas propuestas», «o puede que responda a una intención propagandística a corto plazo, incluso para tapar noticias incómodas de horas antes».
Pensándolo bien, esas tres razones no son incompatibles, puede que haya un poco de cada una.