El pasado jueves 30 de abril el Gobierno remitió a la Comisión Europea el Plan deEstabilidad con sus previsiones macroeconómicas para el bienio 2020-2021. Tras el estallido de la pandemia, este Plan modifica profundamente el del mes de febrero. Vamos a comentar el Plan de este jueves. Se trata de comprobar cómo ve nuestro Gobierno el futuro económico que nos espera.
Crecimiento del PIB
El PIB de 2019 fue 1,245 billones de euros. El crecimiento previsto para 2020, antes de la pandemia, era del 1,6%, lo que suponía admitir cierta desaceleración de la economía.
Tras la pandemia, todo se ha ido al traste. El Gobierno estima que el PIB de 2020 vaa caer un 9,2%.Es una caída brutal. Sin precedentes. Hemos repasado la serie histórica desde 1974: sólo en 5 ejercicios se ha producido una caída del PIB. Y la mayor caída fue la de 2009 (el segundo año de la crisis financiera) en que cayó un 3,9%. Lo de ahora no tiene parangón.
De este modo, el PIB de 2020 quedaría situado en unos 1,12 billones de euros.
Estas estimaciones son siempre un brindis al sol. Puede que el PIB caiga todavía más. Desgraciadamente, conocemos ya el dato oficial del primer trimestre de 2020: el PIBha caído un 5,2%. Esto no augura nada bueno para el año completo. Con alta probabilidad, el segundo trimestre será malísimo. Pero, si la evolución sanitaria lo permite, puede que en el segundo semestre haya una recuperación mayor de la esperada. Nadie lo sabe.
Durante la crisis financiera (2008-2013) las variaciones del PIB fueron: +0,9%, -3,7%, +0,1%, -0,8%, -3% y -1,4%. Seis años de caídas. La recuperación tardó otros seis años y no ha sido completa. Nos dicen que ahora va a ser diferente y que la recuperación va a ser mucho más rápida. Es una V asimétrica: fuerte caída en 2020 (un 9,2%), rebote en 2021 (crecimiento de un 6,8%) para llegar en 2022 a un nivel parecido al de 2019. Ojalá.
Lo peor es que el coronavirus ha dejado a nuestra industria turística por los suelos y para la economía española eso supone un estacazo pavoroso a medio plazo. Cuando tengamos controlada la pandemia, la situación mejorará, pero ¿tendremos en 2022 o 2023 los 84 millones de turistas extranjeros que visitaron nuestro país en 2019 y gastaron 92.000 millones de euros? Lo dudo, aunque deseo equivocarme.
Ocupación y paro
En diciembre de 2019 la Afiliación media a la SS fue 19,41 millones de ocupados. El Gobierno prevé que al final de 2020 habrá una caída del 9,7%, es decir, que perderemos 1.900.000 empleos. Terrible. Para 2021 se prevé un crecimiento del empleo de un 5,7%, lo que significa que recuperaremos un millón. Queda otro millón pendiente para el 2022.
La foto fija a 29 de febrero de 2020 arrojaba 19,28 millones de ocupados. A 31 de marzo arrojaba 18,45 millones. Son 830.000 empleos perdidos en el mes de marzo.En el segundo trimestre será todavía peor. Pensemos que ahora hay 3,9 millones de trabajadores afectados por los ERTEs y 920.000 autónomos en inactividad. ¿Volverán todos a la normalidad? Es probable que un fuerte porcentaje se quede en el paro,
En cuanto al paro registrado:al final de 2019 era 3,16 millones, un 14% de la población activa (el 66% de ellos cobraban prestación). El Gobierno prevé que al final de 2020 el paro aumentará hasta el 19%, situándose en 4,3 millones de parados, es decir 1,14 millones más. Esta previsión es poco consistente con la caída de afiliación pronosticada para 2020 (1,9 millones). Es posible que tengamos 5 millones deparados a final del 2020. Los tuvimos en febrero y marzo de 2013. ¿Habrá prestaciones por desempleo suficientes?
Ingresos públicos
Ante una caída del PIB de un 9,7% es indudable que los ingresos por impuestos y cotizaciones sociales en 2020 se resentirán gravemente. Según el Gobierno, los 487.000 millones de ingresos del 2019 (un 39,1% del PIB) se verán reducidos en26.000 millones para situarse en 2020 en 461.000 millones (un 41,2% de un PIB mucho menor). Así pues, el Gobierno prevé una reducción del 5,3%.
Pensar que, con la catástrofe que se nos está viniendo encima, los ingresos públicos van a caer sólo en un 5,3% no es ser optimista. Es estar ciego. ¿Cómo pueden pronosticarse unas caídas tan irrisorias como el 5,75% en cotizaciones sociales, el 2,4% en el IRPF y el 5,2% en el IVA. Nadie se lo cree.
Creemos que, con una caída del PIB del 9,7%, puede pronosticarse una caída análoga en los ingresos públicos, lo que supone 47.000 millones menos.
Gastos públicos
El aumento del gasto sanitario, las prestaciones de los ERTEs y los Autónomos, el aumento del paro y, encima, el Ingreso Mínimo Vital, van a disparar los gastos públicos. En 2019 tales Gastos fueron 522.000 millones (un 41,9% del PIB) y para 2020 el Gobierno pronostica 54.000 millones más, es decir, 576.000 millones (un 51,5% de un PIB mucho menor). Estas cifras son más correctas que las previstas para los ingresos.
El déficit
En 2019 el déficit fue de un 2,8% del PIB, 35.000 millones. Sumando la caída de ingresos prevista por el Gobierno (26.000 millones) más el aumento de gastos (54.000), el déficit previsto para 2020 es 116.000 millones (el 10,3% del PIB). Este estratosférico porcentaje está en línea con el que tuvimos en los 4 años 2009 a 2012. Menos mal que ahora la UE nos exonera del Protocolo por Déficit excesivo.
Desgraciadamente, si, como pensamos, la caída de ingresos va a ser muy superior a los 26.000 millones previstos por el Gobierno, la cosa será todavía peor.
El Gobierno no se ha atrevido a pronosticar el déficit de 2021 y 2022. Para eso hace falta aportar medidas creíbles y contundentes en el ingreso y en el gasto y todavía no están en condiciones.
La deuda pública
Con todo ello, la Deuda, que a final de 2019 estaba en 1,19 billones (el 95,5% del PIB) quedará situada a final de 2020 en 1,29 billones (un 115,5% sobre un PIB mucho menor). 100.000 millones más que habrá que pedir prestado en 2020.
Conclusiones
Las previsiones del Gobierno para 2020 son catastróficas. La realidad puede serpeor.
Tenemos que acogernos de inmediato a todas las ayudas de la UE: el MEDE (24.000 millones) y el SURE (20.000). Suman 44.000 millones de menos deuda a emitir ahora. Es casi la mitad de lo que vamos a necesitar. La protesta por la condicionalidad es falsa y ridícula. También hay que ir a los préstamos del BEI. Pensemos que el Fondo de Recuperación Europeo no entrará en acción hasta finales de 2020 o principios de 2021 (tiene que venir alguna alegría por ahí).
La única manera de enfrentarse a esta debacle y mostrar a Bruselas, al BCE, y a los que nos prestan, una senda creíble de recuperación económica y reducción del déficit (y que nos sigan prestando a tipos bajos) es que Pedro Sánchez y Pablo Casado pacten un Programa de Recuperación 2020-2023, con medidas concretas en el ingreso y en el gasto para todo el período. No hay otra. Si empresarios y sindicatos se suman, mejor todavía. Pero Sánchez no puede presentarse en Europa con medio país en contra.