Hace unos meses, el 22 de mayo para ser exacto, publiqué un artículo, conclusiones provisionales sobre la pandemia y sus consecuencias, hoy pueden ampliarse a la luz de lo sucedido en los últimos meses.
1.-El gobierno ha conseguido desviar sus responsabilidades a base de crear miedo en amplias capas de la población, más del 60% según el CIS pide medidas más contundentes, trasladar la responsabilidad a la población, básicamente a los jóvenes, restauración y ocio en general, sin pruebas convincentes y centrifugarla hacia las CC.AA que han competido por ver quién era más ‘soberana’ y dura a la vista que la población lo demandaba inducida por el bombardeo mediático.
2.- Ante la incapacidad de medidas selectivas eficaces, es absolutamente criticable que a día de hoy todavía haya brotes masivos en residencias y hospitales, se ha optado por medidas urbi et orbe que han producido un daño inmenso a la economía, especialmente entre autónomos y negocios familiares más indefensos y con dificultades para alcanzar las ayudas públicas. En lugar de haberse focalizado en la población de riesgo y en los lugares con mayor riesgo de contagio a base de test rápidos y continuos y seguimiento estrecho de los positivos se ha optado por medidas generalizadas más sencillas de aplicar una vez domesticada la población.
3.-En lugar de reforzar la asistencia primaria y ampliar el número de UCIS, cuello de botella del sistema, no se ha hecho nada al respecto siendo el miedo al colapso la causa desencadenante de muchas de las medidas adoptadas. Por otra parte la salud pública se ha resentido por la desatención de otras enfermedades y el incremento de enfermedades como la depresión o la ansiedad, derivadas del confinamiento y los problemas económicos de millones de personas.
«Es un calvario tener que hacer determinadas gestiones en organismos públicos de primera necesidad como la Seguridad Social»
4.-Como en todas las crisis una parte de la población se ha visto beneficiada. Además de algunos sectores económicos, los más favorecidos han sido los empleados públicos que, en muchos casos, ‘teletrabajan’ desatendiendo de forma vergonzosa muchos servicios públicos y a los que, además, se les anuncian subidas de sueldo. Es un calvario tener que hacer determinadas gestiones en organismos públicos de primera necesidad como la Seguridad Social.
5.-La falta de empatía de la muy numerosa clase política española es atronadora. Ni un solo gesto de bajarse el sueldo, nada desdeñable, teniendo el puesto de ‘trabajo’ razonablemente asegurado. Cuando se pide un esfuerzo a la población un gesto, aunque sea modesto, se agradecería.
6.-Los delatores han proliferado como ocurre en situaciones de autoritarismo. La pandemia no nos ha hecho mejores, en términos generales, más bien al contrario.
7.-El recorte de la libertad de expresión y la criminalización de quiénes mantienen posturas críticas son el pan nuestro de cada día. Como ocurre con la moda de la cultura de la cancelación cualquier crítica se aborta con acusaciones de negacionismo. Ahora además se legisla sobre la ‘desinformación’, como si los poderes públicos no hubieran ‘desinformado’ reiteradamente
8.-La gestión de la pandemia puede ser más eficaz si se hace de forma descentralizada por poder adaptarse así mejor a la situación de cada territorio. Pero siempre que se haga de forma coordinada, con lealtad y no se utilice como arma política que es lo que ha pasado. El estado de las autonomías se ha mostrado ineficaz.
«Qué sentido tiene el toque de queda con restauración y ocio cerrados ¿evitar el botellón?»
9.-Falta transparencia en los datos. Al margen de cuestiones como el tristemente famoso comité de expertos carecemos de información oficial, sistematizada pormenorizada y al día de cuáles son los lugares de transmisión más significativos. Parece que el transporte público no, de hecho no ha habido ningún llamamiento a utilizar vehículos privados, pero las terrazas de los bares si, si atendemos a las medidas adoptadas. Qué sentido tiene el toque de queda con restauración y ocio cerrados ¿evitar el botellón?. Parece una medida desproporcionada atendiendo que en muchos casos en vez de reunirse en espacio abiertos lo harán en domicilios, es decir en lugares cerrados y, por tanto, potencialmente más peligrosos.
10.-En definitiva se nos trata como menores de edad en lugar de apelar a la responsabilidad individual. Se restringen libertades y no sólo por el estado de alarma, confinamientos y toques de queda, sino también creando un ‘ministerio de la verdad, para controlar la ‘desinformación’. Se nos dice que las medidas han evitado muchas muertes, afirmación difícil de probar atendiendo el número relativo muy alto de muertes en España en relación con otros países con menos medidas generalizadas, confinamientos, toques de queda, que en el nuestro. La reclamada Comisión independiente de expertos es una urgente necesidad para entender lo que está pasando en nuestro país y porqué. Parece que la gran preocupación de los políticos parece ser cubrir sus espaldas a base de medidas generalizadas y mantener a la población anestesiada. El estado autonómico ha mostrado sus flaquezas como ha indicado incluso The Lancet.
Inteligente análisis Sr. Moreno. Le felicito.