Uno de los lamentos del separatismo catalán hasta 2017 era que la unidad de quienes querían la independencia era imposible. El referéndum ilegal del 1-O logró que los separatistas fueran todos a una. Sin embargo, tres años después la unión parece un imposible. Así se puede comprobar a diario al observar la pésima relación que mantienen JxCat y ERC. O la que, a su vez, mantienen ambas formaciones con la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que ha pasado de rubricar la hoja de ruta y marcar la agenda de la Generalitat a protagonizar casi exclusivamente pataletas porque nadie en el Govern atiende a sus exigencias. Al separatismo le quedaba una esperanza y era alcanzar la presidencia del Barça a través de la candidatura del independentista Víctor Font.
Muchos pensaron que Font haría tándem con el ex presidente azulgrana Joan Laporta, separatista radical que se ha dedicado estos últimos meses a ofrecerse como colaborador del único candidato hasta ahora a sustituir al controvertido Josep Maria Bartomeu. Y parecía que así sería, que ambos formarían un equipo al frente del club poniéndolo al servicio de la causa independentista. Sin embargo, hasta en este punto el independentismo ha chocado con la evidencia de que, a día de hoy, la ruptura con España no está por encima de los intereses de cada grupo o personas que tienen un papel en el procés. Y así, cuando todos daban por hecho que Laporta volvería al Barça de la mano de Font, el primero ha sorprendido confirmando su intención de presentar su propia candidatura al que él logró que todos conocieran como «més que un club«.
Del Barça al Parlament
De momento, y según ha informado TV3, Laporta está organizando al que sería su equipo directivo al frente del Barça y dará a conocer su candidatura en los próximos días. El pasado mes de agosto, su ahora contrincante, Víctor Font, explicaba en una entrevista que le gustaría contar con él si llegaba a la presidencia del club. «Nos gustaría que, si tenemos el honor de gobernar, pudiera contribuir y ayudarnos», dijo Font, «puede tener funciones y roles importantes dentro de la institución». Lo hacía tras una campaña en redes sociales pidiendo una candidatura de ambos.
Sea como sea, la irrupción de Laporta en la carrera para alcanzar la presidencia del Barça puede ser un contratiempo para Font. Laporta ya fue presidente del club en unos años tumultuosos. Fue objeto de una moción de censura que logró sortear por falta de apoyos pero también fue el presidente del Barça más brillante, el del sextete de 2009, el que colocó a Guardiola como técnico del primer equipo… Fue, además, el que politizó la entidad convirtiéndola en estandarte del separatismo en un momento en el que este era minoritario en la sociedad catalana. Tras dejar la presidencia, Laporta se presentó a las elecciones al Parlament con Solidaritat Catalana, en una coalición que tenía la independencia como único punto de su programa electoral. Lograron cuatro escaños. Después, consiguió también suficientes votos para ser concejal en el Consistorio de Barcelona. Viendo su trayectoria, no sería extraño que, de ganar las elecciones, que se celebrarán un mes antes de las autonómicas, pusiera el club al servicio de JxCat y Carles Puigdemont con la bendición de la ANC.
